El gran peso de la economía informal y el miedo a la fiscalización no permiten un mayor uso de las tecnologías financieras en México como sucede en Brasil, Japón o China, donde una gran parte de las personas pagan con su teléfono desde el transporte público hasta un chicle, de acuerdo con expertos; señala MILENIO.
Cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) apuntan a que en el país hay 82 millones de cuentas bancarias que pueden realizar transacciones digitales, pero la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO) registró que 65.9 millones de personas hicieron alguna transacción por esta vía, es decir que solo 80 por ciento de los usuarios bancarios usó su cuenta para comprar en línea.
Esto es bajo comparado con China, donde el porcentaje es por encima de 90 por ciento, de acuerdo con la firma de Países Bajos Adyen.
Andrés Araiza, director ejecutivo de medios de pago de Santander México, explicó a MILENIO que no existe una aplicación más generalizada de los sistemas de pago digitales por el gran peso que tiene en la nación la economía irregular.
“Es un país muy cargado a la informalidad, pues de alguna forma existe el miedo a que puedan ser vulnerables a la fiscalización, pero es una desconfianza que tiene que ver con educación financiera”, comentó.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), en su más reciente informe de panorama laboral, señala que México ocupa el sexto lugar en América Latina con mayor porcentaje de informalidad, con 53.1 por ciento, lo que supera el promedio para la región, que se encuentra en 45.4 por ciento.
El país se sitúa por debajo de naciones como Bolivia, Perú, Ecuador, Paraguay y República Dominicana, cuyos porcentajes son superiores a 55 por ciento.
En los últimos cuatro años, México no ha experimentado bajas notables en informalidad, ya que de 2019 a la fecha solo se registra una caída de 1.3 por ciento.
BBVA señaló que de 2019 a 2023, se incrementó de 4.8 a 16.2 por ciento la población joven a escala nacional que utilizó internet para realizar un pago, trámite o solicitud de servicio público.
Jorge Noel Rodríguez, jefe de producto de Now, brazo digital de Invex, reafirmó que la economía informal es uno de los principales motivos que retrasan el mayor uso de los procesos digitales de pago.
Otra gran barrera
Sebastián Noriega, director de productos de Santander México, agregó que otra barrera es la interoperabilidad que aún existe entre las sucursales bancarias y las aplicaciones digitales, sobre todo en trámites bancarios.
“Todavía hay algunas, o ha habido algunas barreras en esta interoperabilidad entre el mundo digital y el mundo físico, por ejemplo, algunos temas regulatorios que si bien los bancos y las instituciones hemos logrado arreglar poco a poco, nos ha costado trabajo poder hacerlo de una manera que sea con una experiencia simple para los clientes”, refirió.
La educación financiera es otro factor clave que limita la adopción de métodos digitales, ya que parte de la población no sabe cómo manejar aplicaciones digitales de pagos en México.
“Los retos están en cómo reeducar a los mexicanos a entender primero los beneficios que tiene el ser parte de este sistema financiero formal”, agregó.
El miedo de la población a ser fiscalizado es otra de las grandes barreras para un mayor uso de los sistemas digitales financieros.
“El tema de la confianza es un factor de los usuarios que estamos contribuyendo los actores del sistema, para darle a entender a los usuarios que pueden tener una cuenta 100 por ciento digital y confiar en una entidad que no tiene presencia física”, explicó Stefan Möller, director general de Klar, fintech de origen mexicano.
Los que concentran el mayor miedo son los que laboran en la economía informal.
“El tema de la fiscalización nos guste o no es un tema grande es que sigue existiendo una aversión grande a servicios financieros formales por el miedo o el entendimiento de que muchos flujos que no son fiscalizados comiencen a tributar”, agregó Möller.
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