Por Tona Gallardo
En las últimas semanas el súper-rico Elon Musk ha cruzado los pocos límites vigentes medianamente racionales del debate público y político-electoral de Estados Unidos, y fuera del mismo, para arrastrarlo más en la desinformación, agresiones grotescas y un sin número de fobias. Peor, Musk es dueño de una de las redes sociales más usada para el debate político y también para las campañas de desinformación.
Musk se comporta como bravucón, pedante, prepotente, soberbio y lo que junte en estos días. Ha usado la red social X (antes Twitter) a su gusto, saltándose las propias reglas de la plataforma, como si fuera un mirrey en su propio establecimiento mercantil. Desde desbloquear su propia cuenta para discutir contra Nicolás Maduro (este lo bloqueó previamente), compartir directamente en su propia cuenta noticias falsas y hasta ha cruzado límites al compartir un video falso con diversas alteraciones de la posible candidata demócrata Kamala Harris. Él mismo ha violado diversas reglas de la plataforma X. Vaya cretino.
Es justo que en estas semanas en X se ha propagado noticias falsas por medio de cuentas que no han sido dadas de baja y que han sido denunciadas por publicar noticias falsas, y se han reactivado cuentas que justamente en el pasado fueron canceladas por la misma conducta. Estas importantes omisiones difícilmente pueden verse como involuntarias (en su caso, es una increíble irresponsabilidad e ineptitud) puesto que ya se tienen más mecanismos, conocimientos, experiencias y tecnologías para hacer frente a las campañas de desinformación, bots y diversidad de estrategias; sobre todo después del escándalo de Cambridge Analítica.
Uno de los puntos más altos de recientes actos de desinformación fue el desastre de los crímenes que sucedidos en Inglaterra. Los lamentables crímenes iniciaron con un ataque con cuchillos que dejo varios heridos y a tres niñas asesinadas. Indudablemente causo conmoción. Pero la desinformación llego cuando en cuentas de simpatizantes de derecha de X se compartieron notas, imágenes y hasta videos donde se aseguraba que el agresor fue un inmigrante de medio oriente y que fue un ataque terrorista. La reacción fue saqueos, disturbios y agresiones contra personas que se parecían extranjeras. En X no se hizo lo suficiente para detener la organizada campaña de desinformación.
Además, la reciente “entrevista” que Musk le hizo a Donald Trump fue más una entrevista a modo sino es que fue un acto de campaña. ¿Qué hace un empresario haciendo personalmente campaña electoral a un candidato presidencial de EU? Pues indudablemente hay intereses económicos detrás. Justamente Musk durante varios meses ha tenido importantes bajas de ventas de autos eléctricos de su empresa Tesla frente a su principal competidor chino BYD. La dura derrota de Tesla ha urgido a Musk a presionar a diversos gobiernos a imponer aranceles y demás barreras comerciales. Elon reconoce en Trump su agenda proteccionista y su guerra comercial contra China y ha decidido financiar su campaña. A ese grado se ha humillado Musk, hasta defender a la ultraderecha.
Este momento político es delirante. Parece un capitulo salido de la serie Dark Mirror, pero no lo es. Es un capítulo distópico de nuestra realidad. Hay que combatir la desinformación.
