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“… No hay razón para la tristeza”

Por Carlos Díaz Barriga

Quedan veintinueve días y contando y cantando. Se presenta a la conferencia de prensa a paso veloz, con energía. Ha de ser solar y ayer se cargó dos horas y cinco minutos en el último mitin y discurso de su existencia en el Zócalo; publicó MILENIO.

El primer tema de la semana sobre la mesa… sobre el ring. “¿Qué, es más complejo ser juez que ser presidente de la República? ¿Y por qué al presidente se le elige, o gobernador de un estado, o presidente municipal?” Sobre el silencio de EU en estos días: “El hecho de que ellos ya no estén opinando sobre el tema de la reforma judicial en México lo veo como una política de responsabilidad, de prudencia”.

Recapitula sobre lo sucedió un día antes. “La gente está muy politizada, muy consciente, el pueblo no es tonto”. Hoy es día de verse a sí mismo. Pide que le pongan en pantalla el instante del rugido de la plaza pública ‘¿Quién debe elegir a los jueces?’ “¡¡¡¡El pueblo!!!” Pide también le repitan la secuencia en que manda “¡al carajo!” a los oligarcas que quieren ‘kratos sin demos’. Lo vuelve a disfrutar. Sabe que fueron los momentos estelares.

Sobre la elección en la alcaldía Cuauhtémoc, anulada a la oposición por el tribunal electoral de la CdMx, manda mensaje a los guindas, entre líneas: “Pienso que hay otras instancias, que esto no está concluido y debe de tenerse cuidado… yo fui acusado de eso, y nunca le he faltado el respeto a una mujer, y me acusó la candidata Xóchitl y no procedió. Hay que ver bien las cosas, a fondo”. ‘¿Me entiendes Méndez… me explico Federico?’

A pregunta expresa, no reacciona con nostalgia sobre último mitin: “No había tristeza porque no hay razón para la tristeza”. Pa’ que ni le hagan al drama. Algún acomedido le dice que el gobierno de Oaxaca “decretó un mes de festejos por su retirada como Presidente de la República”. A lo mejor quiso decirle algo bueno, pero así es esto del mal hablar; se acaba de descomponer el asunto, cuando además le informa que se este martes se propondrá en sesión inscribir con letras de oro en los muros del congreso oaxaqueño la frase ‘por el bien de todos, primero los pobres’. 

La reacción del Presidente es fulminante: “yo le pido a los legisladores, con todo respeto, que no hagan ninguna referencia a mi persona, ni que pongan esa frase”. No vaya a salir alguien, algún día, con que el autor de la misma en realidad es el exgobernador tabasqueño Enrique González Pedrero, uno de sus mentores políticos. A cambio, propone una de Juárez (‘Con el pueblo, todo; sin el pueblo, nada’) o de Flores Magón (‘Sólo el pueblo puede salvar al pueblo’). Bien bajado ese balón.

Hace un recuento de giras y actividades para las siguientes semanas: “tenemos mucho trabajo todavía hasta… Vamos a estar aquí el lunes 30, que es el último día; yo termino como el lunes 30 a las 12:00 de la noche”. Un enviado le dice que le quiere entregar una carta de alguien que quiere aportar datos sobre el tema Ayotzinapa. “Tengo las facultades para otorgar recompensas… no pierdo la fe de que todavía en estos días podamos hacer algo”.

La conferencia termina con la sección de complacencias musicales. Pide y tararea a capela ‘Santanera, Saaantaneeeera’, de la famosa Sonora, fundada por el tabasqueño Carlos Colorado. Pide el video donde éste sale tocando la trompeta. No lo encuentran. Le ponen la pura canción. Por nada se arranca a bailarla. Le evoca los tres minutos a alguien. Pudiera ser a sus padres. Se contiene. Nostalgia musical, toda. Nostalgia de poder, nada. En el compás final mueve el dedito, de arriba a bajo, de derecha a izquierda. A manera de batuta. Como Herbert von Karajan. Con música tropical.

@diazbarriga1

Fuente:

// Con información de MILENIO

Vía / Autor:

// Carlos Díaz Barriga

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Autor: lostubos
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