Por José Jaime Ruiz
Las leyes con que juzgas, ¡oh Batino!,/ menos bien las estudias que las vendes;/ lo que te compran solamente entiendes;/ más que Jasón te agrada el Vellocino.// El humano derecho y el divino,/ cuando los interpretas, los ofendes,/ y al compás que la encoges o la extiendes,/ tu mano para el fallo se previno.// No sabes escuchar ruegos baratos,/ y sólo quien te da te quita dudas;/ no te gobiernan textos, sino tratos.// Pues que de intento y de interés no mudas,/ o lávate las manos con Pilatos,/ o, con la bolsa, ahórcate con Judas.
// A un juez mercadería / Francisco de Quevedo
La hoja de vida de Margarita Ríos-Farjat tiene una mancha indeleble: la traición. Alguna vez quiso sublimarse en el arte poético, pero lo suyo no es la estética sino la antiética. Toga de picos pardos, enfangó la amistad de Beatriz Gutiérrez Müller y Andrés Manuel López Obrador. En un intercambio de chat, la sumisa Lourdes Mendoza deshojó su inmoralidad.