Por Carlos Díaz Barriga
Falta un día para que se vote en el Senado su reforma al Poder Judicial. Simbólicamente, su primera apuesta es a la suerte. Toma del atril una serie-muestra de la Lotería Nacional en invita por tercera ocasión a la que la gente compre su cachito:
“Miren, el domingo 15 de septiembre. Premio mayor, relojes… esos sí son machuchones, no de tres mil pesos como éste (muestra el suyo)… pero éste tiene otro tipo de valor, lo he usado durante todo el gobierno, y lo vamos a rifar el lunes 30 para ustedes”.
Mención especial a los atletas paralímpicos que han participado en París. No se puede estirar más la realidad. Diana Benítez le pregunta sobre la marcha contra la reforma judicial, en la que participaron este domingo dos Ministros del Corte (Norma Piña y Jorge Pardo). “Creo que está en su derecho, como todos los que se oponen… sin embargo impera la corrupción… la misma presidenta (de la Corte) ayer reconoce que el 45% de los 40 mil trabajadores son familiares… el nepotismo a todo lo que da”.
Cuando la reportera le antecede a otra pregunta el “con todo respeto”, el mandatario se prepara: “se ha destapado a su hijo Andrés Manuel López Beltrán para la Secretaría General de Morena y el gobernador electo de Tabasco eligió a su hermano José Ramiro para Secretario de Gobierno…” Responde: “Sí, con mis hijos hicimos un acuerdo desde hace tiempo… mientras yo fuese dirigente o servidor público, ellos no iban a trabajar en el gobierno… José Ramón, según me ha manifestado, no va a trabajar en el gobierno, Gonzalo tampoco; Andrés, va a participar en Morena… no voy yo a influir en nada”.
Cuenta del día que este útlimo era niño y se enojó con él porque no lo llevó al circo, por atender unas asambleas: “cuando me iba yo fui y le toqué la puerta y le digo: ya me voy, ábreme. Y ya me abrió. Y le dije: Ya, ya hijito, ya, mi amor, ya dame un besito. Y me dijo: ‘Que te lo dé la política’, pero le puso otra cosa”.
Dice que les ha explicado una sola cosa: “todo el legado que pueda quedar, de lo mucho o de lo poco que hicimos, es de la gente… no me pertenece lo que yo contribuí para la transformación, y no le pertenece a mis hijos ni a nadie, cada quien tienen que forjarse su propio destino… porque no se heredan, en política, genes”. Consigna consignable.
Y aunque ya lo ha dicho, lo repite por si alguien no entiende: “dejo ya un testamento hacia adelante… no quiero movimiento obradorista, no quiero calles ni plazas, menos esculturas, nada de eso”. Explica su tranquilidad: “a confianza que me da la próxima Presidenta Constitucional, eso es mi bálsamo. Es como si… a los niños que les da mal de ojo, calentamiento de cabeza, ¿qué le hacen en los pueblos? Los ensalman con chintul y otras hierbitas, y los dejan tranquilos, duermen, cuando están así un poco nerviosos. Estoy ensalmado”.
Sobre el estatus en los casos del ‘Mayo’ Zambada y de Ovidio Guzmán. “Se le tiene que pedir un informe, otro, a la FGR… aprovecho… estoy muy satisfecho, porque me estoy despidiendo… nunca les hice una proposición indecorosa, nunca les ordené que persiguieran a nadie, nunca les pedí que le fabricaran delitos a nadie”.
Sobre lo publicado por The Economist “que le voy a heredar (a Claudia) casi una economía envenenada o algo así. Son pasquines”. Última intervención. Acomedida fan-informadora: “En el Congreso de la CdMx hay una propuesta para poner su nombre con letras de oro”. Se le queda viendo con cara de qué parte del no, no entendiste. Refuerza en castellano antiguo y tropical. “No, no, no”. Se va. Pronto. Antes de que le pregunte ‘¿entonces, no?’
@diazbarriga1
Imagen portada: MILENIO.
