Por José Jaime Ruiz
Los inadaptados son los motores de la sociedad. //Alfonso Reyes
Adaptados y adoptados por el neoliberalismo, desde su zona de confort muchos intelectuales trocaron en lotófagos. Para el escritor Alfonso Reyes el “suicida es un crítico que renuncia a su oficio”. Intelectuales orgánicos, chayoteros, uno a uno, una a una, son despedidos de las empresas mediáticas que les dieron cobijo o rematan sus empresas quebradas, como Raymundo Riva Palacio. Un día sí y otro también, quienes renunciaron al oficio de la crítica y oficiaron como aplaudidores asumen que sus análisis, retórica o simples comentarios son prescindibles, o se quejan, como Denise Dresser, por la incorporación de nueva banda en páginas de prensa o en programas televisivos.