El gobierno de Israel lanzó durante dos una ofensiva de bombardeos contra Hezbolá en Líbano en la noche del jueves 19 de septiembre que duró aproximadamente dos horas. Tras este ataque, el grupo insurgente respondió este viernes con uno de sus mayores ataques sobre Israel al enviar 140 cohetes, ante lo cual Israel volvió a lanzar ataques sobre Líbano, ahora sobre la capital, Beirut, presuntamente sobre posiciones de Hezbolá.
Esta etapa de enfrentamientos fue calificada por el ministro de defensa israelí, Yoav Gallant, como “una nueva fase de la guerra”, y se da después de que el líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, acusó a Israel de “cruzar todas las líneas rojas” la operación que adjudica a Israel de haber provocado la explosión de miles de dispositivos “beeper” que dejaron alrededor de 3 mil personas heridas y 37 fallecidas.
«Esto es puro terrorismo. Los llamaremos masacre del martes y masacre del miércoles. Son crímenes de guerra o, al menos, una declaración de guerra», afirmó el líder de Hezbolá a través de un mensaje grabado.
El ministro de Exteriores de Líbano, Abdalá Bu Habib, señaló que el gobierno que representa interpondrá una queja ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para denunciar «la agresión ciberterrorista de Israel» por la explosión masiva de beepers, a la que calificó como un «crimen de guerra».
Los integrantes de Hezbolá utilizan beepers como medio de comunicación de baja tecnología, con el objetivo de eludir la sofisticada tecnología israelí de vigilancia. Debido a que en los últimos meses el grupo libanés ha sufrido bajas de líderes importantes, prohibieron el uso de celulares porque son dispositivos fáciles de rastrear. Los beepers funcionan con ondas de radio, es decir, que los mensajes son enviados por radio frecuencia y no por internet, lo que permite la comunicación aún en zonas donde no hay cobertura telefónica.