Por José Alberto Alvarado Pineda
Ante la derrota estrepitosa de la oposición en las elecciones pasadas, la derrota legislativa por la reforma al poder judicial, la derrota en la opinión pública respecto al presidente Andrés Manuel López Obrador, la derrota en todos los ámbitos, incluso hasta los económicos, pues el peso no se devaluó como lo esperaban o deseaban, han buscado allegarse de sus grandes líderes morales para tratar de manchar la reputación del presidente de México y del triunfo del movimiento denominado Morena.
En primer lugar, buscaron como figura principal para evitar la aprobación de la reforma al poder judicial, a la ministra presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que no tiene el carisma, la fuerza política, y sobretodo la calidad moral para que el pueblo de México le escuchara por lo menos.
Lo anterior es así ya que el pueblo sabe muy bien que la señora Piña ha protegido a delincuentes de cuello blanco, delincuentes o miembros de la delincuencia organizada, ya que está hecho servidora Pública a quienes se identifican con el narcotraficante Genaro García Luna, y es por ello, que su campaña de desprestigio y de odio no tuvo ni tendrá eco en el pueblo de México.
El segundo líder que invitaron a la fiesta, es este último mencionado, personaje que no sólo tiene la fama, sino que ya fue juzgado y encontrado culpable de proteger y tener nexos con el narcotráfico en México, quien se ha atrevió a decir, mediante una carta, que había evidencias del nexo de sus amigos narcotraficantes con el actual titular del ejecutivo federal, sin embargo, siendo fiel a la tradición de la oposición, de la derecha, de los fachos, ni una sola Prueba presentó, misma escuela que los pseudo periodistas en nuestro país, es decir, sus compañeros, amigos, camaradas, ayudantes, pretendieron que sus palabras resonaran por el país y por el mundo entero, sin darse cuenta, o por lo menos pretendiendo ocultar, que el pueblo de México los tiene a él y a sus seguidores como personas delincuentes, como personas que son indeseables y repudiadas por el pueblo, que su palabra no tiene ninguna credibilidad, que sus palabras no cuenta ni tienen ningún valor.
El tercer invitado, fue el expresidente Ernesto Zedillo, quien, con poca vergüenza, pretende hacer creer que su imagen como presidente de la República, fue y es aplaudida, y si lo es, pero por los mismos seguidores de Genaro García y de Norma Piña, es decir, por delincuentes que le han hecho un profundo daño a nuestro país.
A este expresidente se le olvida el error de diciembre, la devaluación estrepitosa, los asesinatos y matanzas de Acteal y de Aguas Blancas, los cientos y cientos de asesinatos de líderes opositores a su gobierno, la venta de ferrocarriles nacionales, el Fobaproa y, sobre todo, se le olvida el profundo repudio que el pueblo de México tiene hacia él.
Es evidente que la oposición en México ya no encuentra más líderes que los delincuentes que gobernaron en nuestro país reciclan a la basura que gobernó, reciclan la podredumbre que gobernó y que pretende recuperar sus privilegios y la impunidad de sus actos delictivos.
Es evidente que esos son los lideres morales de la oposición, los que los representan, los que muestran su verdadero pensamiento y sus intenciones, su forma de ser, sus pretensiones y sus amistades.
Todos estos hechos que están pasando en México, es evidencia de la decadencia y de la ceguera de la oposición, pues no ven que el repudio del pueblo de México se lo ganaron ellos mismos al abandonar al Pueblo, al asesinarlo y al tenerlo en la pobreza en la que lo habían sentenciado a vivir, mientras ellos vendían al país, sus riquezas y vivían de esas estafan y ventas.
Pero hoy más que nunca, ha quedado claro que el Pueblo de México no les da ninguna pizca de credibilidad, pues los sabe delincuentes y traidores al pueblo, saben que son el cáncer que, por fin, se está eliminando del país, y que la última dosis, será la aplicación de la Reforma Constitucional del Poder Judicial Federal.
Bien dicen que ¡disfrutemos lo votado!