Por José Jaime Ruiz
Sigue la ruta de la política, sigue la ruta del dinero. La gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, continúa su cruzada personal para deteriorar el Segundo Piso de la Cuarta Transformación con dos de sus obsesiones, Javier Corral y Andrea Chávez. Acostumbrada a la corrupción, impunidad y a una vida disoluta, la gobernadora representa la beoda actitud de las mujeres del poder del neoliberalismo con su toque patriarcal: “los representantes de la oposición al actual gobierno federal les han roto el hocico a los candidatos del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), especialmente en Aguascalientes, Querétaro y Chihuahua”. Maru le quiere “romper el hocico” anticipadamente a Andrea Chávez porque intuye que la senadora Chávez, después de arrasar en las pasadas elecciones, será la próxima gobernadora.