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Los desafíos del programa “Salud Casa por Casa”

Por Dr. Juan Manuel Lira, médico especialista, ex titular de la Unidad de Atención Médica del IMSS

El reciente anuncio del programa «Salud Casa por Casa», impulsado por la Dra. Claudia Sheinbaum, promete ser una adecuada iniciativa dentro del sistema de salud en México. Llevar atención médica directamente a los hogares de adultos mayores y personas con discapacidad no solo mejora la accesibilidad a los servicios de salud, sino que también refuerza la idea de un estado presente, que cuida de los más vulnerables.

Entre los beneficios inmediatos que se esperan, se encuentran la detección temprana de enfermedades, la atención continua y personalizada, la entrega de medicamentos en los domicilios y la reducción en la saturación de los hospitales. Además, el enfoque preventivo puede contribuir a mejorar la calidad de vida de millones de personas, evitando que las enfermedades crónicas se agraven por falta de atención oportuna.

Este programa tiene sus precedentes en el programa “Médico en Casa” de la Ciudad de México y en los programas “Atención Domiciliaria del Enfermo Crónico” (ADEC) y “Atención Hospitalaria a Domicilio” (ATHODO) del IMSS. Sin embargo, estos programas han tenido dificultades para su implementación, sobre todo por la falta de un financiamiento adecuado y sostenible.

El programa «Salud Casa por Casa» enfrenta retos importantes que no pueden ignorarse. Uno de los principales desafíos es el financiamiento. En este sentido, será crucial que el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2025 refleje el compromiso real del gobierno para garantizar que el programa no solo sea una buena idea, sino una realidad sostenible y funcional. Los ciudadanos que se beneficiarán de este programa merecen un sistema de salud que les garantice atención constante y de calidad. Y eso solo se logra con un compromiso firme y bien financiado.

Un aspecto importante que merece atención es que una parte del financiamiento provendrá del presupuesto ordinario del IMSS, el cual ya enfrenta dificultades que han afectado la calidad de la atención que ofrece. Desviar fondos del presupuesto ordinario del IMSS para financiar este nuevo programa podría agravar estos problemas. El IMSS desempeña una función esencial en el sistema de salud, y cualquier ajuste en su financiamiento debe considerar las consecuencias que podría tener sobre los millones de derechohabientes que dependen de sus servicios diariamente.

Otro desafío que enfrentará este nuevo programa es el déficit de personal médico en el país. México ya ha tenido dificultades para cubrir vacantes en zonas rurales y marginadas. La contratación de 21,500 médicos y enfermeras para «Salud Casa por Casa» no solo requiere encontrar suficientes profesionales, sino también ofrecer condiciones atractivas para que trabajen en áreas alejadas y de difícil acceso.

Hasta ahora, no se han proporcionado detalles claros sobre si estos contratos serán temporales, bajo un esquema de honorarios o si se ofrecerá una base permanente. Esta falta de claridad genera incertidumbre, ya que los profesionales de la salud podrían ser reacios a aceptar contratos temporales, lo que podría afectar la continuidad del servicio que se pretende ofrecer.

La sostenibilidad financiera del programa es otro punto clave. Lo anunciado hasta el momento indica que el programa cuenta con un presupuesto inicial de 7 mil millones de pesos, una suma significativa, pero que podría ser insuficiente para cubrir todos los costos asociados con el pago de salarios, la compra de equipo médico, la logística de transporte y la creación de sistemas de información que permitan llevar un registro de los pacientes.

Aunque el presupuesto inicial cubre los primeros pasos, la atención médica a largo plazo implica gastos constantes y crecientes. Los costos operativos deben estar cubiertos de manera sostenida. Si el financiamiento no se ajusta anualmente o no se buscan fuentes adicionales, existe el riesgo de que, con el tiempo, no se obtengan los resultados esperados o que el programa no pueda continuar.

El éxito del programa dependerá no solo de la capacidad del gobierno para implementar la logística adecuada y garantizar la contratación y retención del personal de salud, sino también de asegurar un flujo de recursos constante que permita superar los desafíos actuales del sistema de salud. Porque, al final, sin los fondos necesarios, se puede comprometer la viabilidad de este programa, que ayudaría a millones de personas que, por su condición de vulnerabilidad, no pueden acudir físicamente a una unidad médica.

Como dijera el expresidente López Obrador: “Amor con amor se paga”, por lo que esperamos que el próximo PEF contemple un incremento para mejorar la salud de las y los mexicanos en este inicio de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum. Como dice el refrán: “Amor sin presupuesto no es amor”.

Fuente:

// Con información de SPR

Vía / Autor:

// Staff

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Autor: stafflostubos
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