Por Félix Cortés Camarillo
Antes de que mi muy querido Mario Moreno filmara con su bici la escena en el carril lateral de Reforma, abajito del Continental Hilton, que no se había construido entonces y todavía no se caía en los temblores del 85, su película nos subrayaba la esencia del pan.
Digan lo que digan, es cierto que somos hombres del maíz, de la tortilla, el atole y el tepache. Pero somos también, gracias a los españoles y el trigo que trajeron, sembraron, amasaron y hornearon, para que los mexicano los perfeccionaramos, somos hombres del pan.
Cito a mi admirado Chava Flores, por si se nos olvidan algunas raíces: chilindirnas, conchas, alamares, bisquets, pan de caja o polvorón. Cuernos, corbatas o chamucos: cocoles, trenzas y pasteles..
No cabe duda de que la panadería mexicana es la mejor expresión de nuestro mestizaje.
PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO, (Mientras me definen si son peras o los mismos olmos de antes): Me dicen por todos los medios y cuarto, que ayer inició la campaña de vacunación en contra del Covid (¡otra vez arroz!) y la influeza que es cuando la gripe se encabrona. Desde aquí se le celebra, pero antes de ir a poner mi hombro, nalga o lo que se ofrezca quiero saber si la vacuna es Pfizer, AstraZeneca, CanSino o cuaqluier otra porque es de cuidarse. Me dicen que si es la cubana Abdalá, la rusa Sputnik o la mexicanísima Patria, ya chingué.
