Aunque una simple vista podría parecer una casa abandonada cualquiera, la vivienda que se ubica en el 1026 oriente de la calle Aramberri, alberga la historia de uno de los crímenes más contados de Nuevo León , el asesinato de madre e hija el 5 de abril de 1933; reportó MILENIO.
El crimen de la casa de Aramberri , como se le reconoce a este hecho, relata la historia de Antonia Lozano de Montemayor y su hija, Florinda Montemayor, quienes fallecieron a manos de dos sobrinos de Delfino Montemayor , esposo de Antonia.
De acuerdo con los reportes policiales y periodísticos de la época, este fue uno de los hechos que más conmocionó a la sociedad regiomontana, pues fue la muerte de dos mujeres que estaban en su vivienda y que fueron atacadas por conocidos, aunque el informe oficial ante la autoridad se realizó hasta que el señor Delfino Montemayor, esposo y padre de las víctimas regresaron de trabajar de la Fundidora y descubrieron la escena.
¿Qué pasó en la casa de Aramberri?
Leonardo Marrufo, historiador, habló en entrevista para la plataforma MILENIO -Multimedios sobre el crimen de la casa de Aramberri y narró algunos de los detalles que se encuentran en el expediente del caso.
“Ellas dos encontradas fueron sin vida por Delfino Montemayor, esposo y padre de las víctimas. Ellas se dedicaban a los quehaceres del hogar, de acuerdo con el expediente, no eran mucho de salir (…).
“Cuando llega el señor Delfino del trabajo se topa con la escena, su hija Florinda estaba degollada, al igual que la señora Antonia, por lo que llama a las autoridades, que inspeccionaron la casa. La hija estaba cubierta con un cobertor, pero tenía las manos amarradas con un hilo de ixtle, hacia atrás, tenía un corte en el cuello, que, de acuerdo con el expediente, casi hizo que se le desprendiera la cabeza del cuerpo.
“A Florinda la encuentran semidesnuda, mientras que Antonia tenía todas sus prendas”, narra el historiador.
En la casa no había señales de haber sido forzada la puerta, por lo que levantaron sospechas en los policías de que los responsables de dicho asesinato ingresaron con el consentimiento de las mujeres. Al indagar sentir que uno de los motivos del doble asesinato era un robo , debido a que faltaban objetos que tenía la familia, y sabían que Delfino guardaba dinero , particularmente en monedas de plata.
¿Quién cometió el crimen de la casa de Aramberri?
De acuerdo con el expediente del caso, que hasta la fecha se encuentra en el Archivo General del Estado, ubicado en el parque Fundidora , el asesinato fue cometido por Fernando y Heliodoro Montemayor, sobrinos de Delfino, mientras que sus cómplices fueron Gabriel Villarreal, Emeterio González y Pedro Ulloa .
El documento oficial además contiene datos del informe hecho a la autoridad policial aquel 5 de abril de 1933, en el que se detalla que los encargados de seguridad siguieron el rastro de sangre desde la casona ubicada en la calle de Aramberri hasta una carnicería localizada en las calles Doctor Coss y Abasolo , la cual pertenecía a Gabriel Villarreal, uno de los cómplices.
“Llegaron a la carnicería de Gabriel Villarreal y ahí encontraron varias prendas, camisas, pantalones, llenas de sangre y llamaron la atención (de la policía) una camisa que tenía los puños llenos de sangre”, dice el historiador.
Luego de esto, los dos autores materiales de la muerte de madre e hija, así como de los cómplices fueron detenidos.
“Después de que los declaran culpables, los trasladan a Zuazua, porque iban a hacer unos careos, con testigos que eran de ese municipio, por lo que sacaron a estos cinco hombres de la penitenciaría y se los llevan a hacer el careo.
“Al momento de regresar a Monterrey para seguir el proceso, ellos se escapan, por lo que, al escapar, menciona el expediente, los policías les comenzaron a disparar para que no se encuentre”, dice Marrufo.
A 91 años del asesinato de ambas mujeres, el caso sigue siendo grabado por la población nuevaleonesa, convirtiéndose en una leyenda.
Después del fallecimiento del señor Delfino Montemayor aparentemente la casa fue rentada por un tiempo y después ya no fue habitada por nadie, hasta la fecha, la fachada principal se encuentra bloqueada con bloques y cemento para evitar la entrada de intrusos.
¿Se les aplicó la ley fuga?, ¿existió un loro?
Entre la información que se ha difundido a lo largo de los años, se habla de la supuesta “confesión” por parte de un loro perteneciente a la familia, que repetía la frase “No me mates Gabriel, no me mates”, lo cual supuestamente ayudó a dar con los responsables, sin embargo, el archivo del caso no menciona a esta ave.
“Entre las leyendas y mitos de este crimen se dice que se les dio la ley fuga y que el famoso perico les dijo ‘no me mates’, el expediente es muy claro, agarraron a Gabriel en la carnicería, él dice que conoce a los sobrinos de Delfino y ellos involucran a los otros”, narra el historiador Leonardo Marrufo.
Imagen portada: Leonel Rocha / MILENIO