La llegada del nearshoring a México se presentó con un éxito modesto pero tangible, con un aumento de la inversión extranjera directa en manufactura que impulsa las exportaciones y ayuda a elevar el crecimiento económico general; sin embargo en la segunda fase de este fenómeno económico el país tendrá que lidiar con un Estados Unidos más proteccionista, independientemente del resultado de las elecciones presidenciales de noviembre, indicó Moody’s.
Los estadunidenses mantienen sus preocupaciones de que México pueda servir como una puerta trasera para que las empresas chinas subviertan las restricciones arancelarias y tecnológicas de EU; señala MILENIO.
Aunado a esto, a casi una semana de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, esta incertidumbre es compartida por ambos partidos políticos (demócratas y republicanos) y pueden descarrilar las primeras conversaciones para renegociar el acuerdo comercial entre Estados Unidos, Canadá y México (T-MEC).
Recientemente el candidato Donald Trump declaró que de ganar la contienda implementará un impuesto arancelario de hasta 300 por ciento a las importaciones de automóviles provenientes de México.
Además, las fricciones sobre el aumento del contenido chino incorporado en las exportaciones de México a Estados Unidos también pueden desencadenar rondas de aranceles de represalia, destacó la calificadora.
El próximo capítulo del la relocalización de empresas en el país también se verá desafiado por las brechas en la infraestructura energética y de transporte, así como la seguridad pública, que representan desafíos para las empresas que buscan reubicarse o expandirse en México.
“Si bien abordar estos cuellos de botella es crucial, las mejoras en este frente no encontrarán el camino para un crecimiento más rápido de las exportaciones y la inversión por sí sola”, comentó la calificadora.
“Más bien, los fabricantes mexicanos necesitarán consolidar su presencia en las etapas más sofisticadas de las cadenas de valor globales”, agregó.
Agregó que los exportadores necesitarán fortalecer el ecosistema existente de manufactura e investigación de alta tecnología en México, en un mundo en el que gran parte de la cadena de valor de alta tecnología sigue anclada en Asia.
“Con los recientes esfuerzos de Estados Unidos para impulsar la producción de semiconductores en México y América Latina, existe una oportunidad para hacerlo mientras se generan sinergias con la industria automotriz globalmente competitiva de México”, destacó.
Imagen portada: Especial