Para el psicólogo Rafael Santandreu, la vía hacia la felicidad es sacarse necesidades de encima y trabajar en la salud emocional. Dice que la plenitud en la vida radica en un simple principio: todo es mental; señala MILENIO.
El escritor ha vendido más de 1.5 millones de libros y hoy presenta No hagas montañas de granos de arena (y todo son granos de arena) publicado por Grijalbo.
En entrevista con MILENIO, el autor da consejos, se ríe, cita a Charles Darwin y a Epicteto, parece tener una historia feliz para cada respuesta y nada parece ponerlo de mal humor.
¿La búsqueda de la felicidad siempre será complicada?
Perseguir la felicidad es normal en el ser humano. Charles Darwin escribió lo siguiente: “Después de todos los viajes que he hecho y todas las especies que he investigado, he llegado a la conclusión de que el destino normal del ser humano es ser inmensamente feliz”, y se preguntaba “¿Por qué no lo somos? ¿Por qué no vivimos de manera natural?” ¿Qué es lo que pasa? Creamos necesidades artificiales y eso es lo que nos separa de la felicidad. Necesito ser delgado, necesito tener muchos amigos, necesito tener éxito, tener novia y 10 mil cosas más. Cuantas menos necesidades tengas, más fácil es ser feliz.
¿Y qué es lo que propones en tu libro?
Básicamente, que la vía regia hacia la fortaleza mental y que la felicidad es sacarse necesidades de encima. Tienes que comprender en profundidad que lo único que necesitas para ser muy feliz es el agua y la comida del día. Repito, no necesitas un trabajo, no necesitas tener éxito, no necesitas tener novia.
«San Francisco de Asís, al final de su vida, dijo la siguiente frase. “Cada vez necesito menos cosas y las pocas que necesito, las necesito muy poco”. Estoy seguro de que era un tipo muy fuerte y muy feliz».
¿Crees que es complicado lograrlo?
Este trabajo hay que hacerlo cada día, es un entrenamiento y yo lo hago cada día también. Hace unos días, cuando venía de Madrid a México, me quitaron en la aerolínea mi boleto de primera clase y me mandaron a turista, y lo que hice fue convencerme muy intensamente, me costó un poco, de que yo no necesitaba estar libre de injusticias en la vida ni viajar en business.
«No lo necesitaba para ser muy feliz. Es en esos momentos calientes donde se construye el desarrollo personal y hay que ser intenso y estar comprometido a cambiar tu mentalidad. Ya en el vuelo conocí un azafato que se acababa de jubilar, era una persona extraordinaria y por ser ex trabajador le llevaron de todo, comida especial, y nos lo pasamos muy bien».
¿Entonces cuál es tu mensaje?
Que hay que trabajar sobre cada adversidad, las pequeñas y las grandes, que te suceden cada día para minimizar el impacto que tienen sobre ti. Es un entrenamiento porque a lo mejor nuestra sociedad nos empuja a dramatizar, terribilizar, como digo yo, a cargarte de necesidades, exigencias, hiperexigencias hacia la sociedad, hacia la gente que te rodea, hacia ti mismo, y eso realmente es el cáncer de la salud mental.
«Entonces tienes que revertir eso que tú estás copiando de lo que ves a tu alrededor. Tienes esa dificultad, pero el premio es enorme porque lo que haces es que el impacto de cualquier adversidad en tu vida disminuye y solo eso ya te da un espacio increíble para gozar de lo que sí tienes, que siempre es inmenso«.
¿Cómo cambiar ese chip que ya traemos?
Empecemos por la lógica, como dijo Epicteto, el filósofo del siglo I: “No nos afecta lo que nos sucede, sino lo que nos decimos acerca de lo que nos sucede”, y es muy evidente que realmente nuestro cerebro interpreta la realidad, que no tiene una valoración de lo que es bueno o es malo, es tu cerebro, es tu mente quien la hace, por tanto, por lógica, ¿por qué no cambiarlo? El juego está en las evaluaciones, no en el exterior. Todos tenemos esa evidencia cada día, todos los días.
Te veo muy feliz, ¿nunca te enojas?
Mira, otro principio de la psicología cognitiva es huir del perfeccionismo, el perfeccionismo es sinónimo de neurosis porque el universo no es perfecto, es hermoso, increíble, mágico, pero no perfecto. Entonces, tampoco hay que buscar la perfección en tus estados emocionales, hay que buscar la optimización, no la perfección.
«Jamás dejaré de enfadarme, de ser un poco celoso, pero aspiro a tener cada día menos neurosis y acercarme más a ese perro que disfruta en la playa como un loco. La etapa más feliz del ser humano es cuando empieza a pensar correctamente».
Entonces, ¿la felicidad es una decisión personal?
Claro, no es un hecho que viene del exterior, pero la sociedad nos transmite esa hiperexigencia, esa insatisfacción constante, y por qué lo hace, porque es un motor del consumo y lo activa. Por eso las generaciones más jóvenes están peor. Nuestros abuelos, decíamos antes, tenían más fortaleza emocional porque había menos consumo, se activaba menos la insatisfacción en el alma humana.
«Pero el dueño de tu mente eres tú y te puedes proteger de todo eso perfectamente, incluso aprovechar las ventajas de la vida moderna, que algunas tiene, y esquivar las desventajas. Piensa que si la gente tuviese muy pocas necesidades y estuviese inmensamente satisfecha, consumiría muy poco. Estaría jugando y haciendo el amor en la playa todo el tiempo».
¿Qué te gustaría que el lector aprenda o sienta?
Para cada situación de la vida, por dramática que te parezca, hay una manera de pensar que gira la tortilla completamente y que la hace neutra o incluso positiva. Y todo el mundo puede aprender a hacerlo. Incluso la peor de las adversidades, que es la muerte. Existe una manera de pensar en ella que minimiza mucho el impacto que puedas tener.
En los últimos capítulos del libro hablas de la existencia del más allá.
Es una cosa bastante controvertida, hablo de otra vida. ¿Por qué? Porque esa cognición, esa manera de entender la vida y la muerte es la manera estrella de deshacer el impacto negativo emocional que tiene la muerte de tus seres queridos o la tuya propia.
Dices que es necesario recuperar la fortaleza mental que tenían nuestros abuelos. ¿Por qué?
Porque las adversidades no van a dejar de venir, eso es absurdo. No creo que el covid fuese una adversidad demasiado grande, de hecho, yo la calificó de bastante pequeña. La gente estaba en sus casas con las neveras llenas jugando PlayStation y yo no considero que eso sea una gran adversidad. Si la comparo con la Segunda Guerra Mundial, me parece que era muy diferente, o sea, ya les hubiese gustado a la generación que vivió la Segunda Guerra Mundial o la Guerra Civil Española estar en sus casas así.
¿Todo es cuestión de cómo lo asimiles?
Es que puedes pensar de esta manera, de que no fue la gran cosa, o puedes convencerte a ti mismo de que el covid fue el fin del mundo, de que la guerra nuclear te impedía ser feliz, pero el único perjudicado vas a ser tú si piensas de esta manera. La filosofía estoica nos propone la idea de que prácticamente nada puede impedirte ser feliz.
¿Eres gran admirador de Epicteto?
Sin duda, fue uno de los grandes padres del estoicismo y de la psicología cognitiva, nació esclavo, su dueño lo vendió al nacer y se lo llevaron a los pocos meses de Grecia a Roma, donde le educó un nuevo amo y él decidió ser feliz y no quejarse de esa situación. Eso precisamente le hizo alcanzar la libertad en su primera juventud y establecer las bases de filosofía más importantes de todos los tiempos. Si yo intento ser como Epicteto, creo que me va a ir muy bien la vida y si intento ser como Paris Hilton, pues igual no tan bien.
Imagen portada: Octavio Hoyos / MILENIO