Por José Jaime Ruiz
cuántos años tiene noviembre? // Pablo Neruda
Vieron las barbas del vecino Senado cortar y el Cártel de la Toga no puso las suyas a remojar; ni rastrillo ni navaja, les pasó encima una podadora. Los lacayos de la oligarquía ya se acostumbraron a perder, lo suyo son gritos y sombrerazos, nunca estrategia, no comprenden el A, B, C de los planes. Rijosos de barriada no entendieron el fondo de la prioridad del Segundo Piso de la Cuarta Transformación impulsado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, el golpe maestro del cambio de régimen: la separación, por fin, del poder político y el poder económico. El Poder Judicial fue un bastión del poder económico (extranjero y nativo) para controlar al poder político. La oligarquía perdió su último reducto de corrupción e impunidad, ahora al son legal que les toque la 4T hay que bailar porque no funcionaron sus cartas marcadas de provocación e inestabilidad.
No sé si la presidenta lea a Clausewitz, pero se muestra como una gran estratega. En De la guerra el general prusiano escribió: “La victoria, es decir, el éxito táctico, en principio es tan sólo un medio para la estrategia y, en última instancia, los hechos que han de conducir a la paz son los que constituyen su objetivo final”. Ya Foucault reescribió la frase más conocida de Clausewitz: “La política es la prolongación de la guerra por otros medios”. Sin duda el voto de Miguel Ángel Yunes en el Senado y el de Alberto Pérez Dayán en la Suprema Corte fueron esenciales para el golpe táctico. Lo que entiende Sheinbaum a la perfección es que la política sirve para salirse de las trampas. La táctica consistió en volver constitucional la reforma judicial y evitar la confrontación, la incertidumbre, la inestabilidad que pretendieron Claudio X. González, Norma Piña, y su Cártel de la Toga, y el PRIAN de Alejandro Moreno y Marko Cortés, a nivel interno; en lo externo a las presiones golpistas a través de los medios oligárquicos como el NYT (entrevista al ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá) y The Washington Post (el artículo de Ernesto Zedillo).
Para mantener la certidumbre económica, la estabilidad social y financiera, la presidenta elaboró con su equipo un Plan D emergente. Si se mantenía el bloque de los ocho ministros en contra de la Constitución y el poder reformador, simple, se enviaba de nuevo una reforma judicial, se suplía a finales de mes al ministro Luis María Aguilar, se obtenían los cuatro votos necesarios con la nueva o el nuevo ministro y sanseacabó, todo normal, legal, legítimo de nuevo… con el agresivo aderezo de quitarle los haberes de retiro a los ministros del Cártel de la Toga, pegarles donde más les duele, en prebendas, canonjías, marmaja.
A un mes de mandato, la victoria de Claudia Sheinbaum es total. La estrategia se impuso: separación quirúrgica del poder político del poder económico sin violencia ni incertidumbre económica ni inestabilidad social, hechos que conducen a la paz. A Norma Piña, Alito, Marko y Claudio X., el júnior tóxico, no sólo los derrotaron, los vapulearon, los humillaron. Vivimos tiempos estelares, la reforma judicial inaugura formalmente el nuevo régimen, el Segundo Piso de la Cuarta Transformación de Claudia.