El mundo de la lucha libre está formado por técnicos, rudos, villanos y superhéroes que le dan vida a una cultura que engalana a México desde hace muchos años, pero más allá de esos personajes se encuentran personas con una vida común y corriente, que también sufren, sienten y pasan por etapas difíciles en su vida; publica MILENIO.
Ese es el caso de la peleadora chilena, La Catalina, una de las Amazonas más importantes en el roster del CMLL, quien contó cómo fue para ella pelear con un quiste en uno de sus ovarios y pese al dolor, culminó la pelea y al día siguiente fue intervenida quirúrgicamente.
“Hace poco tuve una cirugía de emergencia en Fantasticamanía, yo estaba muy feliz por ese evento, y en ese encuentro peleé con un quiste en mi ovario. Fue algo que yo no sabía que iba a pasar y al otro día fui a urgencias, me operaron y me dejó inactiva unos días”, mencionó La Catalina en entrevista para MILENIO La-Afición.
La mujer en la lucha Libre
Para la gladiadora el hecho de ser mujer y luchadora es algo muy difícil, pero agradece el cariño de la gente no solo hacía su persona, también al de sus compañeras.
“Que sigan apoyando a la lucha libre femenil, no solo a La Catalina, también a todas las compañeras que se suben a un ring a dar todo, ¿por qué?, porqué no es fácil ser luchadora, no es fácil ser mujer y gladiadora, sigan apoyando a las Amazonas, a las nuevas y a las veteranas”, comentó.
La lucha libre en su país natal, Chile, no es una tradición como lo es en México, por lo que sus inicios fueron aún más difíciles, esto, debido a la poca paga, que en distintas ocasiones se llegó a manifestar en modo de un sándwich o un refresco.
“Es muy difícil ser luchadora en Chile, últimamente ya se le está dando el reconocimiento que se merece; pero no es un lugar donde te van a pagar mucho por hacer lucha, te van a pagar con un sándwich o una bebida; mi comienzo fue difícil porque donde yo estaba había unas cinco o seis luchadoras trabajando, y los prejuicios de que las mujeres no pueden, o se iban cuando yo estaba combatiendo”, compartió.
Los prejuicios de la familia
Tomar la decisión de decirle a sus papás que quería ser luchadora profesional le generó también cuestionamientos por parte de su progenitor, quien le preguntó si era lesbiana, lo que la tomó por sorpresa.
“Mi papá me dijo: ‘¿eres lesbiana?’, pero en forma de broma, aunque en ese entonces yo tenía 12, 13 años, para mí no era broma, y eso me generó dudas en mi sexualidad; además, muchos familiares cercanos me dijeron que nunca tendría novio, que era una “macho”. Muchos prejuicios, me dijeron mejor dedicate a estudiar. Pero gracias a mis papás hoy en día estoy donde estoy ”, externó.
La lucha libre es real
Para la gladiadora chilena el hecho de subirse al ring representa una pasión, pero también un peligro, pues varios compañeros han muerto y otros han sufrido graves lesiones, por lo que el debate de si la lucha es real o no, se lo deja a los fans y los invita a que practiquen esta disciplina y se formen su propio criterio.
“Uno sube bien, pero nunca sabes cómo vas a bajar, y también hay mucha gente que ha muerto en el ring, entonces eso de que la lucha libre es falsa, no, no es falsa, sí hay personajes rudos y técnicos, pero la lucha libre no lo es. Yo he visto lesiones de mis compañeros; hace poco tuve un esguince en mi codo, se me levantó y se volvió a acomodar y así tenía que trabajar y entrenar”, sentenció.
La Catalina se dice agradecida con México, y es que luego de su paso por la WWE, la luchadora recaló en nuestro país, con un público que la ha acogido durante su estancia, en consecuencia ya no solo representa a Chile, sino también a México.
“Chile me dio una vitrina importante; Chile es un país muy hermoso, ahí nací, pero en México yo crecí, en México me adoptaron como persona y como luchadora, estoy feliz de representar a Chile, pero también estoy feliz de representar a México en otros lados, ¿por qué?, porqué México me abrió muchas puertas y hoy en día soy una exponente muy importante gracias a ellos”, finalizó.
Imagen portada: Especial / MILENIO