El Gobierno rebelde que tomó el poder en Siria tras derrocar a Bashar al-Ássad, el cual está liderado por Abu Mohamed Al Golani, decidió disolver el Parlamento y suspender temporalmente la Constitución siria.
Esta decisión se toma a cuatro días de que los rebeldes tomaron el poder y, de acuerdo con la portavoz de Asuntos Políticos del nuevo Ejecutivo, Obaida Arnaout, la medida estará activa durante los próximos tres meses.
Esta medida fue tomada mientras las fuerzas israelíes continúan impulsando ataques en la zona, lo que se está buscando mitigar mediante la negociación de actores externos con intereses en la región, como Estados Unidos y Turquía.
En este sentido, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, llegó a Ankara para negociar el alto al fuego en la región con el presidente turco, Recep Erdogan, quien hizo un llamado para que la comunidad internacional sume esfuerzos en pro de la reconstrucción y fortalecimiento de las instituciones sirias.
Desde la constitución del Gobierno rebelde, en Siria ya se reinstaló la embajada de Turquía, la cual permanecía cerrada desde 2012, y se nombró a un representante temporal.
Las facciones en Siria
Para entender lo que está ocurriendo en Siria es necesario poner sobre la mesa que en este territorio existen intereses internacionales, así como diversas facciones rebeldes que sobrevivieron durante la dictadura de Bashar Al-Ássad, quien, pese a encabezar un Gobierno violento y represor, su alianza con Rusia evitó las intervenciones de otros países en su territorio y frenó la escalada de diversas guerras internas; hoy, sin Ássad como presidente, el futuro del país es incierto.
Primero, es necesario destacar que Siria tiene una posición geopolítica de primera relevancia a nivel internacional, algo parecido a lo que ocurre con Ucrania, por lo que representa el enclave de intereses de diversos países en Medio Oriente, por ejemplo, Estados Unidos, quien busca acabar con el Estado Islámico, el cual aun mantiene presencia en el noreste y centro del país.
Por otro lado, Turquía, histórico receptor de refugiados sirios, de acuerdo con analistas internacionales, busca crear “un colchón” territorial dentro de Siria con miras a avanzar hacia territorios históricos del Imperio Otomano, esto bajo el ímpetu expansionista de Erdogan.
Por último, Israel busca “destruir” las amenazas a su territorio, intensificado sus ataques bajo el argumento de que “había varios terroristas de Hezbolá operando en la zona”, un fundamento muy parecido al promovido para justifica el asedio a la Franja de Gaza.
Aunado a los intereses externos, en Siria viven miles de personas que pertenecen a diversas facciones, como los Kurdos, el Estados Islámico