Por Efrén Vázquez Esquivel
Los jueces que México tuvo al independizarse eran los mismos de la Colonia, y esta continuidad se mantuvo hasta el segundo imperio de Maximiliano, donde el Poder Judicial (PJ), a pesar de la resistencia de ciertos juzgadores patriotas y leales, cayó bajo su control.
Sobre esta continuidad en la edificación de las instituciones judiciales, sin considerar la orientación política del nuevo régimen republicano, Georgina López González, investigadora de la UAM, proporciona los siguientes datos sobre los debates del Constituyente de 1824.
“El 10 de agosto comenzó el debate en torno a la permanencia, elección y calificación de los integrantes de la Suprema Corte. Respecto al primer punto, se consideró conveniente la permanencia de los jueces en su cargo, mientras no dieran motivo para su remoción” (Jueces y magistrados del siglo XIX).
No había otra opción, ¿en dónde el naciente Estado mexicano iba a encontrar licenciados en derecho para habilitarlos como juzgadores, que no fueran los oidores del Virreinato?
Tuvieron que ser los mismos que fueron educados durante la Colonia para estar al servicio de la élite y alejados de la sociedad, viviendo, sin conciencia de pecado alguno, en un ambiente de exclusividad. Estaban dispuestos, como la mayoría de los juzgadores de 200 años después, a pagar el precio fijado para defender sus privilegios, que no era otro más que el poder político y económico.
¿Qué se hizo para impulsar una nueva justicia republicana, considerando la escasez de licenciados en derecho y que, a diferencia de la Colonia, la élite tenía suficientes recursos para pagar bien a los jueces, no así en la República?
A diferencia del siglo XX, en el que, por falta de voluntad política no se profesionalizó la impartición de justicia, ya que seguimos teniendo jueces empíricos, en el siglo XIX nada se podía hacer en este rubro. Obvio, el estado de precariedad, asonadas, golpes de Estado e invasiones extranjeras no lo permitió. No obstante, como lo expondré mañana con relación al contexto de confrontación que hoy vive el PJ, a fin de encontrar nexos de sentido entre la justicia de ayer y la de hoy, hubo más esfuerzos, aunque fallidos, para mejorar la justicia.