Por Saúl Castañón
El relanzamiento de la marca «Hecho en México» es una muestra clara del compromiso del gobierno mexicano bajo el liderazgo de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Marcelo Ebrard, como secretario de Economía, ha encabezado esta importante iniciativa, promoviendo la marca como un símbolo de unidad, soberanía y competitividad en un contexto global incierto. Esta estrategia no solo tiene un enfoque económico, sino que también busca fortalecer la identidad nacional y posicionar a México de manera más robusta en los mercados internacionales, sin ceder ante las presiones externas.
Bajo la dirección de la presidenta Sheinbaum, quien ha demostrado un firme compromiso con el bienestar social y económico del país, el relanzamiento de «Hecho en México» va más allá de un esfuerzo comercial. Ebrard ha subrayado que el sello es una herramienta para reconocer la riqueza cultural y productiva de México, desde el tequila hasta la innovación tecnológica. Esta marca no solo busca la promoción de productos de calidad, sino también un enfoque que respete los derechos laborales y la sostenibilidad, principios que han sido clave en los gobiernos de la 4T.
El Consejo Consultivo Hecho en México, creado bajo esta visión, será fundamental para asegurar que el sello se utilice de manera ética, garantizando que todos los productos que lo lleven estén alineados con valores de justicia social y equidad. Esta iniciativa refuerza el modelo económico propuesto por Andrés Manuel López Obrador y reiterado por Claudia Sheinbaum, que pone énfasis en la justicia social, el fortalecimiento de las pequeñas y medianas empresas y la creación de un México más autónomo y menos dependiente de intereses externos.
«Hecho en México» no solo es un sello de calidad, sino un símbolo de resistencia ante los retos globales, y un recordatorio de que, en unidad, podemos construir un futuro más próspero y soberano.