Vivimos tiempos estelares: el dirigente del PRI, Alejandro Alito Moreno, pasó de reuniones cupulares con la presidenta de la Suprema Corte de Justicia, Norma Piña, a habitar los decadentes lares de Adela Micha y Carlos Alazraki donde lo destrozaron; en sus memorias de ultratumba o apuntes del subsuelo, Isabel Miranda de Wallace denunció, a través de su albacea mediático, Ciro Gómez Leyva, actos de corrupción vinculados a la posible liberación de las personas condenadas por el secuestro y asesinato de su hijo, Hugo Alberto Wallace Miranda; periodista-ficción, Raymundo Riva Palacio alucina en un artículo reciente, sin datos, obvio, una conexión Palenque-Irán teniendo como personaje central al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Profesional de la especulación, Raymundo publica: “…su relación de una década de antigüedad con Irán había forjado compromisos profundos: el régimen teocrático del ayatola Ali Jamenei le inyectó dinero a su campaña presidencial de 2006, que, aunque fue detectado y documentado por el gobierno mexicano, nunca quiso hacerlo público ni usarlo en su contra”.
“El eje de Irán, Cuba y Venezuela con López Obrador, estableció un puente aéreo en Toluca durante la pandemia del Covid-19, en donde llegaban operadores a México y la Presidencia los proveía de documentos mexicanos falsos, mientras enviaba medicinas y dinero a Caracas”.
En su libro Más allá de los límites. Ensayos para un Nuevo Periodismo, Riva Palacio le corrige la plana y delimita al incompetente Raymundo: “La competencia periodística se refiere a la capacidad para llevar a cabo las tareas que le destina la profesión. Es decir, un periodista debe ser capaz de reconocer dónde está la noticia, saber emplear el lenguaje adecuado para presentarla, organizar su estructura para hacerla atractiva y presentar la información confirmada y checada, sin dejar de incorporar los diversos elementos que le darán balance a su texto”.
“Especuleros”, sus artículos editoriales regularmente no presentan información confirmada y checada. El teórico Riva Palacio destriza al desinformador Raymundo: “Periodista que no tenga ética, no es un periodista pleno. Periodista que no coloque la ética como cimiento de su trabajo, tendrá una profesión endeble, vulnerable y con poca credibilidad”. Riva Palacio pasó con pena y sin gloria de ser “estrictamente profesional” a padecer lo “estrictamente personal” aunque, en su caso, todo es irrelevante. Sus filias a la mentira exhiben sus fobias íntimas: Andrés Manuel López Obrador y Jesús Ramírez Cuevas.
(José Jaime Ruiz: Escritor, poeta y periodista, es autor de los libros La cicatriz del naipe (Premio Nacional de Poesía “Ramón López Velarde”), Manual del imperfecto político, Caldo de buitre y El mensaje de los cuervos. Es director fundador de la revista cultural Posdata y de Posdata Editores. Dirige el periódico www.lostubos.com.)