Por José Jaime Ruiz
Lo que el primer piso de la 4T no da, el segundo piso no presta. Tatiana Clouthier no será la candidata de Morena a la gubernatura de Nuevo León. Su relación con Alfonso Romo, sin ninguna evidencia clara de lavado de dinero, no es el gran factor que descarriló a la Tía Tatis. Otras variables pesan más en su destino trunco: la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo no confía en su impulsividad, ralentización y procrastinación; la sucesión pasa por el gobernador Samuel Alejandro García Sepúlveda y su posible inclinación por lo que las “encuestas” de Morena arrojen, sea candidata o candidato; y Clouthier tiene un problema medular: se pelea con todos, por todo y al mismo tiempo.
En un mensaje publicado en sus redes sociales, la Tía Tatis descartó una relación orgánica con Vector, la casa de bolsa de Poncho Romo, lo cual es completamente cierto. También reconfiguró su competencia en el reto de Morena por la gubernatura de Nuevo León: “Hay quienes han empezado con todo un movimiento importante, electoralmente hablando, y que buscan de alguna manera desprestigiarme al vincularme con acciones, primero que nada, que no están probadas y, número dos, que dicen que yo soy socia hasta de no sé qué casa de bolsa”.
La Tía Tatis habla de adelantados que carecen de prestigio y que buscan deteriorar su imagen, por eso dice: “hay que desmentir a todos estos que por calentura electoral andan difamándome”. En el ajo de la gubernatura de Nuevo León hay un fuego cruzado y patadas bajo la mesa entre los morenistas. El problema de Tatiana es que creó mala fama como funcionaria publica, se echó a dormir la siesta y, al despertar, descubrió que se la llevó la corriente y se retrasó bastante en su pretensión de ser gobernadora de Nuevo León. Por cierto, la Tía Tatis no es la candidata que preferiría la doctora Sheinbaum.
