El rapero Tay-K ha sido condenado 55 años de cárcel y una multa de 10 mil dólares (casi 9.000 euros) por asesinato. El joven, de 19 años, asesinó a un hombre hace tres años y entre las pruebas que el tribunal ha considerado importantes a la hora de condenarle está una canción que lanzó cuando ya era un fugitivo huido de la justicia. Además, durante esa huida se le imputan otros dos delitos: otro asesinato y un robo.
Según explica el diario británico The Guardian, Taymor McIntyre —el verdadero nombre del rapero— ha sido condenado junto a otros seis hombres. Según la sentencia, entre todos asesinaron en julio de 2016 a Ethan Walker, entonces de 21 años. Aunque los abogados del rapero aseguran que él no fue quien le disparó, ha sido condenado por asesinato y por tres delitos de robo con agravante.
El músico se enfrentaba a cargos de entre 5 y 99 años y podía haber sido condenado a cadena perpetua, según medios estadounidenses. Tendrá que cumplir la mitad de la condena para poder pedir la libertad condicional.
El suceso tuvo lugar en Mansfield, Texas (EE UU), cuando McIntyre y los otros seis chicos intentaban robarle drogas y dinero a Walker y a otro hombre, que acabó herido. Cuando asaltaron su casa para perpetrar el robo, le dispararon y le mataron; según su novia, que ha testificado en el juicio, Walker tenía las manos levantadas en el aire cuando le asesinaron. Por su parte, el rapero asegura que durante el robo solo tenía que encargarse de robar las drogas y que no estuvo implicado en el acto violento.
Cuando tuvo lugar el suceso, Tay-K tenía apenas 16 años. Entonces fue condenado a arresto domiciliario, donde siguió desarrollando su carrera en la música. En marzo de 2017 escapó de Texas a Nueva Jersey, donde fue capturado apenas tres meses después. En dicha huída se le acusa de asesinar a otro hombre, Mark Saldivar, de 23 años, durante un altercado en San Antonio (Texas); y de robar y golpear a otro de 65 en Arlington (Texas).
Cuando Tay-K llegó a Nueva Jersey grabó una canción llamada The Race (La carrera) en la que hablaba de su escape desde su hogar. El tema llegó a estar entre las 50 más importantes de las listas de éxitos estadounidenses y logró un disco de platino. Su videoclip tiene casi 175 millones de visualizaciones en YouTube y se ha considerado como una de las pruebas para condenar a McIntyre, que aparece en él posando ante su propio póster como fugitivo.