Por Félix Cortés Camarillo
Debo decir que no le había prestado yo atención al tema del abecedario de las generaciones; jamás pensé que yo pertenecía a cierta etnia, camada, grupo social, pandilla o ganga, por el mero hecho de haber nacido en cierto año. Mucho menos, que soy de cierta letra, porque eso resulta muy peligroso; no vayan a confundirse.
Pero el otro día, cuando llevaba a la menor de mis dos adoradas hijas, Renata (23), al teatro donde estuvo trabajando un par de semanas, en lo que los mamones llamamos el backstage, me desveló que ella es de la generación Zeta, que está desde hace un par de semanas, en la picota de vituperio del gobierno cuatrero.
Y yo ni cuenta.
Sólo entonces me percaté de la particular tirria hacia estos jóvenes y jóvenas -creo que así se debe decir en este cuatrero sexenio- que la señora presidente con A, ha desarrollado hacia estos muchachos. Particularmente cuando ellos han descubierto, no sé si de manera espontánea o inducida, que el modelo que está siguiendo nuestro país no les está gustando.
Crece más su muina, la de Doña Claudia, porque esta de-generación ha de-cidido, con timidez y evidente carencia de logística, hacer expresión pública de su disgusto. ¿Habráse visto? Si ni siquiera juntan a 150 changos.¡El 20 de Noviembre!
Pero, ¿quiénes están detrás de estos manipulados que osan rechazar el mejor gobierno que ha tenido este país, se pregunta y se contesta la señora presidente con A: la ultraderecha internacional, los neoliberales que quieren recuperar sus privilegios, Ricardo Salinas Pliego que no quiere pagar impuestos, Claudio X.González, que quién sabe que quiere si tantas cajas de Kleenex vende, los intelectuales resentidos, los medios que no reciben línea del señor Ramírez….
¿Quiren más desviados o les resucitó a Epstein?
Las dictaduras siempre han caminado esta vereda, poniéndole nombre al enemigo -externo, desde luego- para distraer la atención del verdadero problema. Los judíos con Hitler cuando en las casas alemanas de 1939 se tapizaban los muros con inservibles billetes del Deutsche Bank; el bloqueo gringo cuando en Cuba había una regulada libra de arroz para comer al mes -no sé si hay dos ya- las amenazas de Trump con aranceles a todas las importaciones a su America Grande de Nuevo en el día de hoy.
Siempre hay un enemigo externo para ocultar la crisis de dentro. La crisis que la señora presidente con A quiere ocultar, es muy seria, me lo dijo mi hija: más de la mitad de los que forman la generación zeta, (57%) no tiene trabajo, ni esperanza de obtenerlo; independientemente de la preparación que hayan adquirido a nivel superior.
La última “generosa” oferta que le hicieron a mi hija, era de tres mil pesos al mes. Más o menos tres canastas mínimas de doña Claudia. ¿Y los calzones, amá?
Independientemente de esos calzones, estadísticamente, los jóvenes tienen que trabajar un chingo de años para generar los fondos que paguen las pensiones de vejez de nosotros, sus padres y hasta abuelos.
Ese es un acertijo que Europa está tratando de entender y no puede. La prospectiva es que cada quien se rasque son sus uñas, en el futuro imediato. Mi hija y su genereración, ya no pueden confiar para sus años longos, en lo que sus padres aportaron.Tienen que empezar hoy a ahorrar para comer en el futuro. La asistencia social a la vejez no existirá más.
Como cada vez hay menos jóvenes, con menos trabajos, y habemos más rucos, que vivimos más años, ¿de dónde sacarán -yo no, ni me preocupo-para alimentarnos?. Cuando puedan, por favor vean una película gringa de hace 52 años y se llama “Soylent Green”. En español -no es mal título- se llama “Cuando el destino nos alcance”.
A doña Claudia le preocupa la actitud de la generación Zeta, inconforme y numerosa. Yo, simplemente le diría, que Francisco Gabilondo Soler comienza una canción diciendo: “las cinco vocales, van a desfilar”. Primero verás, que pasa la A….
PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (porque no dejan entrar sin tapabocas): La paz ficticia. Marco Rubio, el brillante descendiente de cubano, secretario de Estado de los Estados Unidos, ha revelado el plan de 28 puntos que Trump propone para terminar la guerra de Ucrania.
No sirve para nada, si no es como un distractor de otros asuntos.
En los puntos esenciales pretende que Crimea, donde está la base militar de Sevastopol- el Donetsk, que es el oriente de Ucrania, y otras regiones ocupadas violentamente por Putin, sean reconocidas como rusas. Que Ucrania deje sus efectivos militares en medio millón -yo, a eso no le entiendo- y que Ucrania no le entre a la OTAN -militar- aunque sí a la Unión Europea, económica.
Me cae que paz, así que se diga paz, yo no la veo. No pronto.



