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Por Félix Cortés Camarillo

A la pregunta de qué va a hacer con el petróleo que llevaba el barco tanque grandote llamado Skipper y con bandera falsa de Guyana, que sus fuerzas armadas secuestraron en el mar, zarpando de Venezuela, el presidente Trump dijo simplemente: “supongo que nos quedamos con él”.

El incidente el miércoles en el mar Caribe es un paso más en la escalada de la ofensiva de los Estados Unidos contra el mundo, en un afán de llevar la doctrina Monroe (América para los americanos) a la escala global: haciendo de los Estados Unidos, otra vez, la policía mundial por derecho propio, y en cierta forma dueño del universo.

Falta poco más de un mes para que se cumpla un año de la llegada al poder de Donald Trump y el equilibrio mundial de fuerzas y presiones se ha trastocado. de manera especial en la zona que nos toca. En el mar Caribe, saliendo mayormente de Venezuela, han sido destruidas por disparos norteamericanos 22 embarcaciones que los Estados Unidos asevera transportaban droga para sus clientes en ese país.

Igualmente pudieron ser pescadores de Colombia, Panamá o la misma Venezuela, o ricachones turistas en sus barcos privados y sus novias en alta mar. Se cuenta 80 muertos; dos de ellos habían sobrevivido al ataque aéreo y fueron rematados por orden directa de la secretaría de Guerra, que antes se llamaba de la Defensa.

Para la captura del Skipper bastaron dos helicópteros, salidos del portaaviones más grande que tiene el gabacho, con diez guardias nacionales y diez marinos que fueron vistos en el video de la Casa Blanca descendiendo armados por medio de cuerdaspara hacerse de la nave.

Te lo digo m´ijo, para que me entiendas nuera, solía decir mi abuela para los mensajes oblicuos en la familia. Lo mismo vale en política internacional. Tanto, que ayer Vladimir Putin habló por teléfono con Nicolás Maduro para asegurarle su apoyo en caso de que la presencia naval de los Estados Unidos frente a su país pase a mayores.

Pero Moscú está lejos y los Estados Unidos están aquí al lado; en más de veinte ocasiones, en lo que lleva de ejercicio presidencial, Donald Trump ha expresado su decisión de atacar con drones o tropas directamente, y en territorio mexicano a los laboratorios del narcotráfico que existen aquí y a los capos de la mafia que Trump ya calificó como terroristas internacionales a perseguir en donde se encuentren.

La señora presidente con A de patria, insiste en que el diálogo y la comprensión evitarán la violación a la soberanía de nuestro país, que es desde luego fundamental.      

La mayoría de los mexicanos queremos creerle.

Y ¿si no?

PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (porque no dejan entrar sin tapabocas): Olvidémonos del 21 de marzo, el cinco de febrero o el 16 de septiembre: la fiesta magna de los mexicanos es hoy, cuando recordamos el día en que supuestamente se le apareció en su tilma a Juan Diego, un aborígen, la Vírgen de Guadalupe.

Lo demás es historia, disertaciones, dudas y estruendos.

Se dice que la mayoría de los mexicanos somos católicos; sin pruebas.

Sin pruebas, tampoco, puedo decir que todos somos -de alguna manera ignota- guadalupanos.

Es que tampoco nos queda de otra.

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// Félix Cortés Camarillo

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Autor: lostubos
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