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Industria regiomontana, clave en la estrategia portuaria de Tamaulipas

Las condiciones naturales de Tamaulipas —un estado considerado privilegiado por su localización geográfica, en la esquina del noreste de la República Mexicana— colocan a la entidad ante la posibilidad de sumarse a una competencia comercial estratégica, con beneficios para los productores de sus municipios, de los estados vecinos e incluso para el comercio internacional, a través de sus puertos marítimos; publica MILENIO.

MILENIO documentó que esta vocación, nacida a finales del siglo XIX en Tampico —uno de los primeros puertos en operar en el país junto con Veracruz—, comenzó a cobrar mayor impulso en los últimos 50 años con nuevos proyectos de infraestructura, aprovechando los terrenos costeros y el interés del sector privado por movilizar mercancías al exterior por vía marítima.

El primer desarrollo en prosperar fue Altamira. En 1985, la estrategia del gobierno federal entró en funciones bajo un modelo distinto, otorgando concesiones a particulares para la instalación de terminales y permitiéndoles atender productos de exportación importación.

En esa misma época, autoridades tamaulipecas comenzaron a visualizar a Matamoros como un punto propicio para este negocio. Sin embargo, fueron necesarios seis sexenios, así como el paso de igual número de gobernadores y secretarios, para que el proyecto pudiera materializarse.

Finalmente, a mediados de 2025 se concretó el primer avance relevante con la llegada de un buque transportador de vehículos nuevos, un evento atestiguado por autoridades federales y estatales, así como por potenciales inversionistas en muelles y equipo complementario.

El buque arribó a una de las terminales acondicionadas en el puerto de Matamoros.

Apuntan a Monterrey como mercado estratégico

A partir de este hecho, el llamado Puerto del Norte prepara una estrategia de consolidación a mediano plazo: dirigirse a Monterrey y convencer a las empresas regiomontanas de convertirse en sus principales clientes. En este proceso enfrenta, como todo proyecto incipiente, una fuerte competencia, encabezada por el recinto fiscalizado ubicado en la zona sur del estado.

Consejeros, impulsores de la estrategia

A principios de noviembre se instaló el Consejo Consultivo del Puerto del Norte, integrado por especialistas en temas legales y marítimos, proyección comercial, especificaciones técnicas, estrategias de promoción y otros asuntos relacionados con el sector mercante. Varios de sus integrantes cuentan con experiencia tanto en el ámbito público como en el privado; señala MILENIO.

Reunión del Consejo Consultivo del Puerto del Norte.

Durante el evento, realizado en Ciudad Victoria y encabezado por el gobernador Américo Villarreal Anaya —acompañado por la secretaria de Economía, Ninfa Cantú Deándar, y el director de la Administración Portuaria Integral (API), Gustavo Guzmán Fernández—, cada participante expuso desde su especialidad las perspectivas del proyecto y las oportunidades para potenciarlo.

Una de las ponencias más relevantes fue la de José Luis Hernández Abdalah, experto en comercio y estudios marítimos, quien fue puntual al definir el rumbo que debe tomar Matamoros para atraer carga.

“Si vemos con detalle el hinterland (zona de influencia) de este puerto, la región noreste es el principal mercado. Todas las empresas que se ubican en Monterrey requieren atención para llevar sus productos a Estados Unidos o Europa. Hay empresas de acero, plantas de manufactura e incluso del ramo automotriz”, declaró.

Distancia y tiempo, factores a favor de Matamoros

La distancia terrestre entre Monterrey y Matamoros es de 390 kilómetros, con un tiempo promedio de traslado directo de 4 horas con 13 minutos. En comparación con Altamira, este factor juega a favor del nuevo puerto, al reducir kilometraje y tiempos de transporte.

Puerto de Altamira.

Desde Monterrey se exportan principalmente maquinaria y aparatos, equipos eléctricos y automotores, así como vehículos pesados, autopartes y productos derivados de minerales no metálicos. Incluso la cerveza forma parte de esta lista.

“Nuestra propuesta es que se hagan las gestiones para definir con claridad las vocaciones de los mercados de cada puerto. Matamoros puede abastecer toda la demanda que se genere desde o hacia Monterrey, mientras que Altamira debe redirigir sus esfuerzos al centro y Bajío del país. De esta manera, cada uno sacará provecho de los distintos mercados”, añadió Hernández Abdalah.

Las autoridades estatales coincidieron en esta visión, la cual deberá plantearse ante la Coordinación General de Puertos y Marina Mercante, adscrita a la Secretaría de Marina (Semar), dependencia de la que forma parte la Administración del Sistema Portuario Nacional (Asipona), responsable del recinto fiscalizado competidor.

Inversión pública y privada en el Puerto del Norte

La obra del Puerto del Norte se consolidó con una inversión de 5.8 mil millones de pesos, mediante aportaciones de la Secretaría de Marina para el dragado, recursos públicos destinados a vialidades internas y norte, cercos perimetrales, estudios técnicos y señalización.

Foto panorámica de Escolleras del Puerto de Matamoros.

Por su parte, la iniciativa privada construyó un tanque de almacenamiento de agua, caminos de servicio, el Centro de Control Marítimo y rehabilitó el área del faro. A ello se suma la inversión de más de 4 mil millones de pesos por parte de Mota Engil para el desarrollo de una nueva terminal, alineada con los flujos comerciales derivados del T-MEC.

Altamira mantiene clientes pese a baja en carga

Ese mismo mercado es atendido actualmente por Altamira. Sus principales clientes se ubican en Monterrey, con el envío y recepción de acero, minerales a granel, así como importaciones de productos cárnicos y pecuarios. Desde hace una década, con la instalación de KIA en Pesquería, los vehículos de esta firma se movilizan por este puerto con destino a Estados Unidos, Europa y Sudamérica.

Esto representa casi la mitad de las 24 millones de toneladas que se mueven en promedio cada año, con la participación de cerca de 7 mil camiones de empresas afiliadas a la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos (Conatram), además de dos viajes ferroviarios diarios con 100 unidades cada uno, operados por Ferromex.

Principales clientes del puerto de Altamira se ubican en Monterrey.

El último año ha sido complejo para mantener el equilibrio. Las expectativas de crecimiento estaban puestas en ramos como el acero importado desde Brasil o producido en plantas como Ternium, Altos Hornos de México y la coreana Posco, cuyas instalaciones se encuentran muy cerca de los muelles.

Aranceles y geopolítica impactan operaciones

El escenario se complicó por decisiones externas de socios comerciales de México. Al inicio de su administración, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso aranceles del 50 por ciento al acero y sus derivados, lo que impactó directamente a la industria y al puerto de Altamira.

“En estos momentos tratamos de mejorar los flujos de mercancía para cerrar con números positivos. Hemos tenido avances en carga contenerizada y en productos minerales y agrícolas, aunque el acero se redujo considerablemente; nos sostiene la exportación de vehículos”, explicó Karen Guillén Medina, gerente de Comercialización de Asipona Altamira.

Escolleras del puerto de Matamoros.

En el mismo sentido se pronunció el presidente de la Asociación de Industriales del Sur de Tamaulipas (Aistac), Adonay Navarro Saad, también director de Altamira Terminal Portuaria (ATP), quien reconoció los efectos de la nueva geopolítica global, aunque destacó que el impacto fue contenido durante el primer trimestre.

“No se van a lograr los números de crecimiento previstos al inicio del año. Las decisiones del norte nos pegaron fuerte; mientras el acero cayó 50 por ciento anual, en el sector automotriz el impacto ha sido menor y otras líneas de negocio se mantienen estables o en crecimiento”, indicó.

IP: más que competir, son complementarios

Desde el sector empresarial existe otra lectura sobre la competencia entre puertos del mismo estado. El presidente del Consejo Mexicano de Comercio Exterior (Comce) en Tamaulipas, Felipe Pearl Zorrilla, respaldó la apertura del nuevo puerto y consideró que no representa una amenaza para Altamira.

“Matamoros tiene la posibilidad de convertirse en el abastecedor del proyecto Trión, casi frente a sus terminales. Ese plan de Woodside Energy con Pemex requiere un punto de apoyo para operaciones costa afuera, tanto de personal como de equipo. Todo indica que será un puerto con vocación petrolera”, señaló.

Para Altamira, la perspectiva es distinta. Dentro del programa federal de Polos de Desarrollo del Bienestar, impulsado por la Secretaría de Economía, la región sur de Tamaulipas es la que presenta mayor avance en infraestructura, conectividad terrestre y aérea, además de servicios.

“Por eso vemos que plantas de manufactura, petroquímica, automotriz, farmacéutica y agroalimentaria tienen más incentivos para instalarse en el sur. Más que competir, los puertos son complementarios”, puntualizó.

Infraestructura actual y planes a futuro

Matamoros se encuentra en una etapa inicial. Hasta ahora, tres empresas privadas han manifestado su intención de consolidar inversiones. Ternium proyecta una terminal privada para el manejo de acero, mientras que Hyundai Glovis ya opera una terminal especializada en la exportación e importación de vehículos.

Zona de influencia petrolera del puerto de Matamoros.

El tercer proyecto corresponde a Petróleos Mexicanos, que, ligado a la exploración en el Cinturón Plegado Perdido —una de las zonas con mayor potencial petrolero—, busca desarrollar patios para almacenamiento, distribución de crudo y combustibles importados.

El Consejo Consultivo ha sido enfático en la necesidad de conectividad ferroviaria. “Hay que comunicarlo con trenes”, sostuvo Sergio Velasco Mireles, integrante del grupo. Por ahora, una carretera de dos carriles conecta la entrada del ejido El Mezquital con la carretera Victoria-Matamoros.

Altamira, por su parte, aún tiene margen de crecimiento. Datos oficiales indican que dispone de al menos mil hectáreas con frente de agua y que apenas ha desarrollado 30 por ciento de su potencial.

Terminal del puerto de Altamira.

Cada año recibe en promedio mil millones de pesos del Presupuesto de Egresos de la Federación para dragado y modernización, además de recursos para ampliar su aduana a ocho carriles, equiparla con tecnología de punta y operar bajo estos estándares hacia 2030.

“Y en 2026 se abrirán dos terminales de almacenamiento de combustibles, con lo que se incursionará en este negocio”, concluyó Guillén Medina.

Imagen portada: MILENIO

Fuente:

// Con información de Milenio

Vía / Autor:

// Staff

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Autor: lostubos
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