Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, los dos chapitos que quedan en libertad, se encuentran en graves problemas: la ‘guerra en Sinaloa’ no ha cumplido ni año y medio y ya han perdido a sus caudillos más importantes; publica MILENIO.
El 23 de diciembre, dos relevantes operadores financieros fueron detenidos en Jalisco: Mario Alfredo Lindoro Navidad, El 7, y Mario Lindoro Elenes, El Niño, cuñado y suegro, respectivamente, del mayor de los hijos del Chapo Guzmán. Ambos tenían una tarea clave para la supervivencia de Los Menores: asegurarse que tuvieran un flujo de efectivo constante para financiar la guerra.
Ese mismo día, pero en Culiacán, fue asesinado Alan Núñez Herrera, quien les proveía de armas para pelear contra La Mayiza. Y sólo horas antes, 21 de diciembre, fue ejecutado en la Ciudad de México el número tres en la estructura de Los Chapitos y su máximo encargado de seguridad: Óscar Noé Medina, El Panu.
Las cuatro bajas antes de Navidad, con menos de 60 horas de diferencia, representan la pérdida acelerada de dinero, municiones y blindaje para Iván Archivaldo y Jesús Alfredo. Y una realidad ya imposible de ocultar: los sinaloenses ‘históricos’ que cuidan a Los Chapitos —porque los vieron crecer en Culiacán o porque son fieles seguidores de su padre— están en extinción.
“Es un cambio de guardia frente a nuestros ojos”, asegura una fuente del gabinete de seguridad. “Los sinaloenses pierden terreno en Culiacán y tiene que llegar una nueva generación a cuidar a Los Chapitos, que ya vieron que su círculo no es invencible”, asegura un agente desplegado en el Pacífico mexicano.
En octubre del 2024, MILENIO publicó una lista elaborada en el sexenio anterior por la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa), que rastreó a 10 caudillos que lideran la tropa de Los Chapitos. Se trataba de la gente de toda la confianza de la facción que iría a tope contra La Mayiza y otros rivales. Capos viejos y millennials curtidos en las ‘narcoguerras’ familiares desde la cuna. Los auténticos señores del plomo.
El 31 de diciembre se cumplen 479 días de la ‘guerra en Sinaloa’ y ocho de 10 de ellos ya están fuera de combate. Sus finales son un mosaico de destinos típicos para quienes entran al crimen organizado: asesinados por rivales, abatidos por fuerzas federales, detenidos o fugados. Todos bajo la sombra de que fueron traicionados por sus propios amigos.
Así han ido cayendo los caudillos
El primero en caer este año fue El Gavilán, misterioso jefe de sicarios de Los Chapitos, quien fue asesinado el 6 de enero de 2025 durante una balacera contra Los Rugrats, brazo armado de La Mayiza. Su muerte fue ocultada por Iván Archivaldo para no demostrar debilidad, pero el inicio de año ya marcaba una tendencia: una lenta sangría de caudillos sinaloenses.
El mes siguiente, pero en Calimaya, Estado de México, fue asesinado otro importante contador de Los Chapitos: Mario Alberto Jiménez Castro, El Kastor, por quien Estados Unidos ofrecía un millón de dólares en recompensa. Un tirador encapuchado acabó con su vida en un estacionamiento, escenario usual para concertar citas entre amigos que acaban en traiciones mortales.

Ese mismo febrero fue detenido en Culiacán, Sinaloa, el poderoso operador financiero José Ángel Cannobio Inzunza, El Güero. Estados Unidos lo buscaba como uno de los principales exportadores de fentanilo y, coincidentemente, cayó días después de que Los Chapitos sintieron presión desde Washington tras su designación como organización terrorista por el tráfico de opioides.
Jorge Humberto Figueroa Benítez, El 27 o La Perris, fue asesinado en mayo en un enfrentamiento con militares en Navolato. Al igual que su antecesor como encargado de seguridad de Los Menores —Néstor Isidro Pérez Salas, Nini— su arresto fue motivo de especulación entre usuarios de redes sociales identificados como presuntos integrantes del crimen organizado: ¿cómo sabían las autoridades su ubicación exacta? ¿Fue apuñalado por la espalda?
El último asesinado de la lista es Óscar Noé Medina, El Panu, ejecutado cuatro días antes de Navidad. Sus pleitos abiertos y conocidos en Culiacán con Jaziel Abdiel Guzmán Araujo, primo de Iván Archivaldo, han reavivado las teorías sobre deserciones y deslealtades en el primer círculo de Los Chapitos.

De otros caudillos no se han confirmado su muerte física, pero sí presencial: fuentes federales confirmaron a MILENIO que, al menos, tres de ellos han dejado de apoyar con intensidad a los hijos de El Chapo Guzmán.
Samuel León Alvarado, El León, habría huido de Sinaloa, tras el ataque con explosivos en febrero de este año en Culiacán. Liborio Núñez Aguirre, El Karateca, habría pactado con el gobierno federal detener su apoyo al fuego entre Chapitos y Mayiza a cambio de la suspensión definitiva contra “actos privativos de la libertad, consistentes en la detención con fines de extradición”, una petición que se hizo pública desde 2023.
El único caudillo internacional en la lista, Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, Chiquito Malo, líder del colombiano Clan del Golfo, también habría retirado su apoyo en México para concentrarse en su país, tras el asedio estadunidense.
“Los narcos colombianos están librando sus propias batallas domésticas como para involucrarse en el extranjero. Chiquito Malo acaba de perder un hermano en su propia guerra. Están en lo suyo”, confirma la fuente.
Sólo dos caudillos restan, pero su potencia se ha perdido entre la cúpula de Los Chapitos y el tablero nacional del crimen organizado: el traficante de armas Juan Pablo Lozano, El Camarón, quien podría estar escondido en Estados Unidos, lejos de las broncas de Sinaloa; y Pedrito Loaiza, hijo de don Pedro Loaiza, leyenda del narcotráfico en la Sierra Madre Occidental, quien no ha sido protagonista en el conflicto.
Y aunque no son considerados caudillos, otras perdidas han rodeado a Los Chapitos en el último año: desde la detención de Mauro Alberto Núñez Ojeda, Jando, hombre de toda la confianza en el aire de Iván Archivaldo, hasta Kevin Alonso, El 200, jefe de sicarios.
Los primos entran al relevo
“A estas alturas, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo (Guzmán) todo lo que tienen son los primos. El núcleo, la sangre. Pero no parecen tan hábiles ni tan experimentados como los hombres que han perdido en la guerra”, asegura la fuente, quien realiza inteligencia criminal en el estado.
Es probable, dice, que suban a posiciones de alto poder otros familiares de los dos chapitos, como Alberto Zepeda Cano, alias El Chapito Lomas, y su hermano Joel Zepeda Cano, alias El 23. Y que gane influencia Jaziel Abdiel Guzmán Araujo, el primo gringo. Sin embargo, la reciente caída del cuñado y suegro de Iván Archivaldo demuestran un círculo familiar perforado.
“Esto nos demuestra el cambio de guardia: los sinaloenses puros se están haciendo para atrás y sus lugares podrían ser ocupados por la gente del Cártel Jalisco. Eso sería histórico, algo nunca antes visto”, asegura el militar.
A principios de este año, Iván Archivaldo hizo una improbable alianza con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG): a cambio de obtener más protección contra una eventual detención o asesinato y mayor capacidad de ataque contra La Mayiza, Los Chapitos compartirían rutas abiertas por su padre a Nemesio Oseguera Cervantes, quien ha puesto en marcha desde hace años un agresivo plan de expansión por el norte del país.
El pacto estableció que un alto miembro del CJNG, como Audias Flores Silva, El Jardinero, se haría cargo de la seguridad de los dos hermanos usando la misma fuerza y estrategias que han hecho inalcanzable al Mencho. Para asumir completo control de esa difícil misión tendría que irrumpir en el primer círculo de jefes de seguridad de Los Chapitos, un grupo compacto formado por nativos sinaloenses.
“Cuando supimos en el gobierno que había una alianza entre Chapitos y CJNG, esta era una de las posibilidades más preocupantes: que la fuerza de la gente de Jalisco se notara en el desplazamiento de los sinaloenses y que poco a poco se volvieran indispensables para Los Chapitos.
“Sin El Panu y otros jefes de seguridad que eran amigos de infancia de Iván Archivaldo y Jesús Alfredo (Guzmán), el CJNG sale fortalecido para el inicio de 2026: la supervivencia de Los Chapitos depende de ellos. Una traición más, y se propaga el incendio por Sinaloa”, asegura.
Imagen portada: MILENIO



