Por Obed Campos.
De los 51 municipios con que cuenta el estado de Nuevo León solamente uno quedó en manos del partido llamado Movimiento de Regeneración Nacional, o Morena, para los olvidadizos. Se trata de la otrora “Capital Naranjera de México”, Montemorelos, Nuevo León, que está situado a unos 75 kilómetros al sur de Monterrey por la Carretera Nacional.
Pues la noticia de que la obra de ampliación de unos 200 o 300 metros cuadrados de la residencia propiedad del diputado federal de Morena, Edelmiro Santos, quien fuera líder del partido en el estado, vuelve a hacer que todas las miradas volteen hacia Montemorelos.
La construcción fue detenida y clausurada en la Colonia Las Alamedas por Pamela Torres, quien se desempeña como secretaria de Desarrollo Urbano y Ecológica de ese municipio, la cual advirtió que no existen permisos para la ampliación por lo que la municipalidad aplicará las sanciones y multas correspondientes.
Dicen que la primera en poner un grito en el cielo fue María Zavala, regidora en ese municipio, que, como ya apunté encabeza el morenista Luis Fernando Garza “El Dragón”, y que la dama se la pasó vociferando que llevaban gastados más de dos millones de pesos en la obra y que no era posible “si eran de los mismos”, que le aplicaran esa sanción.
Las quejas contra los morenistas no se hicieron esperar ayer y muchos señalaron que Zavala ha querido aprovechar su puesto de regidora para intentar darles puestos de trabajo a sus familiares.
Pero el caso es que en el municipio que preside “El Dragón”, con poco más de 50 mil habitantes, no hay liderazgo de trabajo, no hay política hacia el interior del gobierno municipal, no se ejerce la gestión, y la presencia hacia el pueblo es mínima y casi nula.
Como ejemplo ponen la bomba de tiempo que han causado funcionarios de segundo nivel al quererse apoderar de la liga municipal de futbol, que se maneja de manera autónoma, pero que, de perder su condición, les voltearía negativamente la voluntad de los mil miembros con que cuentan.
Y los que saben de grillas locales les ponen nombres y apelativos a dos de los responsables: Iesús Meade, Secretario de Administración, y Jorge Omar González, Secretario Particular del Alcalde.
