El Vaticano propuso este jueves a los participantes a la cumbre de obispos contra la pederastia una lista con 21 propuestas sobre las que meditar para establecer mecanismos que eviten los casos de abusos sexuales a menores de edad.
1.- Creación de un «vademécum práctico» que establezca los pasos que las autoridades eclesiásticas deben seguir tras una denuncia.
2.- Establecer «estructuras de escucha» formadas por expertos para realizar un primer análisis de los supuestos casos.
3.- Elaborar criterios para la implicación directa del obispo o del superior religioso.
4.- Implementar procedimientos compartidos para el análisis de las acusaciones, la protección de las víctimas y el derecho de defensa de los acusados.
5.- Informar sobre un caso de abuso a las autoridades civiles y a las autoridades eclesiásticas superiores de acuerdo con las normas civiles y canónicas.
6.- Revisar periódicamente los protocolos y normas para preservar un ambiente protegido para los menores en todas las estructuras pastorales.
7.- Establecer protocolos específicos para la gestión de las acusaciones contra los obispos.
8.- Acompañar, proteger y atender a las víctimas, ofreciéndoles todo el apoyo necesario para su completa sanación.
9.- Impulsar iniciativas de formación de los obispos, superiores, clérigos y agentes pastorales para concienciar sobre las causas y consecuencias de los abusos sexuales.
10.- Preparar procesos de atención pastoral en las comunidades católicas que hayan vivido en su seno casos de abusos, así como penitencias y caminos de recuperación para los culpables.
11.- Colaborar con medios de comunicación y personas para distinguir y reconocer los casos verdaderos de los falsos.
12.- Elevar la edad mínima para contraer matrimonio a 16 años en el Derecho Canónico.
13.- Incluir a expertos laicos en las investigaciones y juicios canónicos por abusos.
14.- Proteger la presunción de inocencia en los juicios por abusos sexuales, evitando la publicación de listas de imputados antes de la investigación previa y la condena definitiva.
15.- Respetar el principio de proporcionalidad de la pena y dictaminar que los curas y obispos culpables de abuso a menores abandonen su ministerio.
16.- Impulsar programas de formación inicial y permanente entre los seminaristas y candidatos al sacerdocio o vida religiosa para consolidar «su madurez humana, espiritual y psicosexual».
17.- Realizar evaluaciones de expertos a los candidatos a curas o a la vida consagrada.
18.- Indicar las normas que rigen el traslado de un seminarista de un seminario a otro.
19.- Formular códigos de conducta «obligatorios» para los curas o voluntarios para «definir los límites apropiados en las relaciones personales».
20.- Ilustrar información y datos sobre los peligros del abuso y sus efectos y sobre cómo reconocer las señales de estos delitos en colaboración con autoridades civiles.
21.- Instituir un organismo de fácil acceso para las víctimas que deseen denunciar los delitos y que sea independiente de la autoridad eclesiástica local, con expertos clérigos y laicos.