“Pareces jarrito de Tlaquepaque”
Dicho popular
¿Qué será necesario que suceda para que este país se deje ya de la absurda reyerta en redes sociales atacando y defendiendo al Presidente y dediquemos nuestros esfuerzos a buscar la construcción de un mejor país?
Espejo de nuestra realidad, las redes sociales retratan el polarizado ambiente que se vive en México en el que diese la impresión de que no existen las medias tintas, unos a favor y otros en contra de Andrés Manuel. Ni los críticos reconocen aciertos, como tampoco los “pejezombies” son capaces de aceptar algún error.
Me inclino por pensar en que existe la disposición de parte de la autoridad por resolver los problemas más graves que padece el país y que lo hace desde una perspectiva de fondo, sin embargo, en la práctica algunas medidas implementadas amén de dolorosas han resultado imprácticas, por no decir contraproducentes.
Me aterra el pensar cuándo y cómo va a “reventar” la paciencia y tolerancia de unos y otros; son tantos y tan graves los insultos y agravios que se lanzan día con día, que la olla de presión que generan está a punto de explotar y lo que hoy es una discusión subida de tono en las redes sociales, puede tomar otro giro en la realidad.
Me revientan los que exigen soluciones mágicas o por decreto a graves problemas. López Obrador está tocando temas puntuales. ¿Será acertada la estrategia? Sólo el tiempo podrá respondernos, pero me parece que en aras de llevar la fiesta en paz deberíamos darle un voto de confianza y exigir más que soluciones inmediatas, plazos, fechas, resultados específicos y con ellos, con base en ellos, evaluar las soluciones.
Pero me revientan aún más los fanáticos que le defienden y para los que AMLO es impoluto, perfecto o un ser superior, una deidad por encima del resto de los humanos.
Tengo por necesidad profesional que leer a diario opiniones diversas de todas las corrientes en diversos medios, trato de equilibrar mi visión de las cosas con ello, busco no influenciarme, pero repito, me encanijan quienes tienen una visión absolutista que no acepta que entre el blanco y el negro hay una infinita cantidad de tonos de gris.
De los que critican hay muchos, existe una buena cantidad de columnistas en diversos medios que a diario cuestionan y señalan lo que consideran son errores de la administración federal. En el otro bando pongo de ejemplo a dos conocidos, comunicadores los dos, una mujer que pareciera no tiene otro qué hacer más que estar pontificando en el Facebook consagrada a divulgar la palabra de López Obrador y un maestro universitario de radio (que jamás ejerció en una estación formal), que anda por las mismas. Ambos hacen afirmaciones, críticas, señalamientos y apenas les dices media palabra en contra de sus posiciones terminan tronando y te caen encima con insultos y acusaciones.
Son como los famosos “jarritos de Tlaquepaque”.
ftijerin@rtvnews.com
