Por Francisco Tijerina.
“Es inútil toda polémica si no hay esperanza de que resulte provechosa”
Juan Luis Vives
El “non grato” en Nuevo León, Gerardo Fernández Noroña, ya avisó que estará en Monterrey y más específicamente en el Congreso que lo declaró “no grato” el próximo 2 de octubre.
El acto es la respuesta y estrategia de Noroña y tiene como fin el conseguir lo único que a lo largo de su carrera política le ha dado resultados: escándalo.
El legislador viene en plan de pelea y buscará por todos los medios “calentar” el tema previo a su llegada a la espera de que, como los rudos en las luchas, le lluevan mentadas de madre y en el mejor de los casos alguien le lance un huevo o un tomate para tirarse al piso y hacer un enorme drama de ello.
En términos reales la declaración de “persona non grata” no significa más que eso, un adjetivo que no le prohíbe visitar Nuevo León (la Constitución lo ampara como diputado y además el derecho de libre tránsito de todos los mexicanos), pero lo que en realidad busca Noroña son reflectores mediáticos, que se haga la rebambaramba, que alguien le dé un empujón o un codazo, que le tiren un pellizco.
Noroña viene a hacer show.
En las mismas, aunque buscando más bien quién pague los platos rotos y así cobrar venganza de su salida del gobierno, el historiador Pedro Salmerón ya anticipó que estará en tierras regias próximamente.
Más allá de la declaratoria del Congreso nuevoleonés y del revire de la Cámara de Diputados en su defensa, el punto es que tanto Noroña como Salmerón quieren extender el escándalo y de ser posible que se haga más grande para sacar jugo político.
Lo más sensato y prudente, pero además lo más inteligente, sería hacerles “vacío” y que nadie, nadie, acudiese a sus visitas, de tal forma que se queden hablando solos y les digan a los reporteros cuanto quieran y deseen, que se cansen y se marchen y que todos sigamos viviendo en paz.
Atacarlos, reclamarles, responder a la provocación, sólo les beneficia a ellos. Ni revive don Eugenio ni conseguimos nada en beneficio de Nuevo León.
No caigamos en su juego.