Por José Jaime Ruiz.
Como nunca antes, el Congreso de Nuevo León es el brazo legislativo de la derecha y de los ultraconservadores del estado que tienen suficientes recursos para maicear a los diputados. La reforma a la Ley de Salud, que incluye la “objeción de conciencia”, es la más reciente “aportación” de los legisladores a los intereses moralinos de la derecha. Una derecha enlazada a los grupos religiosos más delincuenciales, como los Legionarios de Cristo, o ultras, como el Opus Dei.
A mediados de octubre el Congreso de Nuevo León reformó la Ley Estatal de Salud, Artículo 48, que permite que personal médico pueda excusarse en la objeción de conciencia para negar atención a personas por cuestiones de religión, creencias, ideología o moral. En su hossana legislativo, el panista Juan Carlos Ruiz dijo, la reforma se aprobó para garantizar la libre voluntad de los médicos y enfermeras en prácticas de aborto y eutanasia, “no para discriminar”.
A principios de marzo este mismo congreso aprobó la reforma al Artículo 1 constitucional de Nuevo León para garantizar el derecho a la vida desde la concepción a la muerte: el aborto empezó a ser motivo de cárcel para las mujeres que recurran a su práctica. Este mismo congreso, más allá de sus facultades, declaró personas no gratas a Pedro Salmerón y a Gerardo Fernández Noroña por calificar como “valientes” a los guerrilleros que asesinaron al santón de la ciudad, el empresario Eugenio Garza Sada.
El Gobierno del Estado, a través del secretario Manuel González, ha fijado su postura: vetará la reforma. Ya existe un exhorto, promovido por Tatiana Clouthier y Paola González, desde la Cámara de Diputados, para que se reconsidere la reforma que incorpora la “objeción de conciencia”. El exhorto alude a que la modificación es discriminatoria y violatoria de los derechos humanos, de minorías y de grupos vulnerables, y contraviene tratados, convenciones y protocolos internacionales.
La objeción de conciencia que pudieran ejercer médicos y enfermeras, es el segundo paso legislativo, luego de la reforma constitucional con la ley anti-aborto, para satisfacer a la derecha. Una derecha insaciable en su doble moral, ya preparan mediante una iniciativa extender la objeción de conciencia no sólo a temas de salud, también modificando el Código Civil en la cual se plantea que proceda en caso de:
1.- Terminación legal del embarazo, salvo que el diagnóstico establezca que peligra la vida de la madre o violación.
2.- La unión de personas del mismo sexo para la adquisición de estado civil.
3.- La adopción o tutela de menores por parte de parejas del mismo sexo.
4.- Modificación de acta de nacimiento respecto al género.
5.- Divorcio sin causales.
6.- La voluntad anticipada de un individuo.
Desde el Cerro de La Silla se divisa el panorama de la derechización rediviva. Los diputados son el instrumento legislativo de esos intereses decimonónicos, retrógradas, insultantes de la inclusión y la diversidad. Inclusive, la diputada derechista de Morena, Celia Alonso Rodríguez, demandó ante el Ministerio Público al activista LGBT, Mario Rodríguez Platas, por “insultos”. La represión autoritaria.
La derechización también da para mocherías. La organización “Familias Fuertes Unidas por México” pide a la administración municipal de Monterrey que cancele el evento del standupero Carlos Ballarta, “Dios está muerto”. Y sólo falta que los acólitos del Congreso de Nuevo León también lo califiquen como persona non grata. Ternuritas.