El crucero británico propiedad Diamond Princess, operado por la estadounidense Princess Cruise Lines que partió de Yokohama (sur de Tokio) el 20 de enero y regresó el 3 de febrero tras parar en destinos como Hong Kong, Vietnam, Taiwán además de los puertos nipones de Kagoshima y Okinawa, fue puesto en cuarentena tras descubrirse que un pasajero que desembarcó en Hong Kong era portador del coronavirus.
Las autoridades niponas impidieron su desembarco y decretaron aislamiento en principio hasta el 19 de febrero. Algunos pasajeros han expresado su preocupación, como Yardley Wong, quien ha contado en Twitter todo lo que está pasando. «Treinta y ocho más hoy. La ansiedad crece. No sé cuándo pueda ser mi turno, o el de mi familia», tuiteó cuando en la zona ya es miércoles.
Tras reportar que su mamá sufría un derrame en el ojo, este miércoles señaló que ya está mejor. Además contó que una amiga que hizo en el barco dio positivo al coronavirus y fue separada de su madre. «Le prometí llamar a su mamá para asegurarme de que está bien, ya que está sola en su cuarto», dijo.
Otros pasajeros, como Matthew Smith (@mjswhitebread), intentan tomar las cosas con calma. Él sube publicaciones sobre las comidas que les dan en el crucero y bromea diciendo que le costará dejar el barco al terminar la cuarentena.
Sarah Arana escribió para The Telegraph. Trabajadora social de California, dijo: «A veces… me pregunto qué pasaría si simplemente saliera corriendo del aislamiento de mi camarote claustrofóbico y gritara por el corredor: ‘¡Bájenme de este barco!'».
También comentó lo que piensan muchos pasajeros. «Sentimos que nos ven como si fuéramos armas letales… Es como estar atrapados en una trama de mala ciencia ficción». Agregó que «no sabemos qué está pasando afuera de nuestros camarotes… Es enfurecedor que no nos den información antes que a los medios…”.