El sector privado lanzó un decálogo con el que busca mejorar los salarios, las pensiones, impulsar la innovación, el desarrollo económico de México, así como construir una relación de confianza y credibilidad con la sociedad.
Al presentar los principios de «Dimensión social de la empresas», el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar Lomelín, reconoció que el sector tiene un problema de imagen ante la población, ya que en la opinión de los mexicanos, ser empresario o político está calificado en lo más bajo y casi en la misma proporción.
«El decálogo para nosotros es importante también porque ha sido de alguna manera consensuado con todas las organizaciones empresariales… hoy tenemos el compromiso de estas 12 organizaciones que representan más de un millón de empresas alrededor del país», argumentó en conferencia de prensa.
Salazar Lomelín consideró necesario revalorar y replantear sus acciones, ya que ser empresario en México es un acto heróico ante la gran cantidad de obstáculos que enfrentan.
«El mundo no nos va a esperar y México tampoco. Por ello, propongo a ustedes 10 principios a través de los cuales las empresas mexicanas pueden consolidar su dimensión social, renovar su compromiso en favor de nuestro país y ser uno de los principales factores para resolver los problemas sociales que nos aquejan».
Entre los puntos propuestos por la iniciativa privada están construir una relación de confianza y credibilidad con la sociedad; garantizar mayores oportunidades de empleo formal, crecimiento y desarrollo para colaboradores y sus familias.
Además ser ejemplo de integridad y ética, cumplir con todas las obligaciones fiscales y contributivas; modernizar la cultura empresarial, para tener empresas mejor organizadas y más competitivas, de todos los tamaños, acorde a las tendencias internacionales.
También establecer un compromiso de los grandes corporativos con las micros, pequeñas y medianas empresas y con la creación de cadenas productivas; pagar en tiempo y forma a proveedores, transferir tecnología y conocimiento.
Así como demostrar su obligación moral con la sociedad; participar activamente en el desarrollo de las comunidades y construir mejores condiciones de vida para los mexicanos.
«Pasemos de la reflexión a los hechos. Hoy toda actividad económica tiene también una dimensión social. Forjemos un país en donde todos ponen y todos ganan», añadió Salazar Lomelín.