El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) advirtió que un entorno económico adverso, donde las fuentes de recursos son limitadas, el gobierno tendrá nulo margen de maniobra y los recortes y subejercicios serán necesarios para mantener el balance público en orden.
Expuso en su análisis semanal que persiste la preocupación sobre las finanzas públicas y su sostenibilidad, especialmente a mediano plazo, sobre todo porque cada vez es más claro que el proyectado crecimiento de 2.0 por ciento en que se basó el presupuesto 2020 no se cumplirá y por lo tanto es muy probable que los ingresos públicos no alcancen.
Además, relató que tampoco se cumplirá la previsión de la plataforma de producción de petróleo de 1.951 millones de barriles diarios, por lo que es muy difícil que los ingresos petroleros logren su objetivo presupuestado.
Sin embargo, aclaró, las metas de finanzas públicas podrían ser factibles si se utilizan los recursos no recurrentes disponibles, particularmente el Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios (FEIP) que aún cuenta con 158.5 mil millones de pesos.
No obstante, el uso de dicho fondo, aunque legal, es poco justificable económicamente, ya que se utilizó en 2019 porque no se podía anticipar una caída tan acentuada de la actividad económica, pero en este año, de inicio, tanto el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) como los ingresos públicos estaban sobre estimados.
Relató que durante enero los ingresos totales del sector público ascendieron a 540.3 mil millones de pesos, cifra que superó en 37.8 mil millones la aprobada para ese mes y fue 17.3 por ciento mayor en términos reales a la observada en igual mes del año pasado.
Entonces, sostuvo, «se podría considerar que estos resultados reflejan la fortaleza de los ingresos públicos y así enviaría señales positivas a los mercados financieros». Sin embargo, este comportamiento responde más bien a eventos que no necesariamente serán recurrentes o permanentes.
Por tanto, el comportamiento del gasto como principio de austeridad del gobierno continúa siendo incongruente con el estancamiento de la economía.
Refirió que el gasto en inversión física se contrajo a una tasa anual de 15.2 por ciento, retrasando importantes obras de infraestructura, mientras en enero el gasto en salud se contrajo 57.7 por ciento real respecto al mismo mes del año pasado y el gasto en educación también sufrió una caída anual de 22.9 por ciento y resultó 10.3 por ciento menor a lo programado
Por el contrario, los programas insignia del gobierno ejercieron en enero recursos mayores a lo programado, pues por ejemploe la Secretaría de Energía gastó 8.9 mil millones de pesos, lo que significó un incremento anual de 146 por ciento, y la Secretaría del Bienestar erogó 23.3 mil millones de pesos, 39.1 por ciento más que el año pasado y 4.8 mil millones de pesos más que el programa.
El CEESP reconoció así que el cumplimiento de los objetivos de déficit público y superávit primario es imprescindible, pero «hacerlo mediante mantener el subejercicio del gasto público en un entorno de crecientes necesidades sociales y productivas se aprecia poco sostenible tarde o temprano, además de que no ayuda a recuperar el crecimiento de la economía».