Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
“La verdadera doctrina (o ideología) del conservadurismo es la hipocresía”, repite constantemente el presidente Andrés Manuel López Obrador. El Covid-19, por fortuna, desnuda a los hipócritas, a los cínicos, a los conservadores. Quien dirige el Grupo Salinas, Ricardo Salinas Pliego, con desparpajo se muerde la lengua. Exhibicionista, se pretende solidario y sólo es mezquino.
“Nos han metido a todos el miedo a morir por el Covid-19… Este virus existe sin duda, pero no es de alta letalidad… como van las cosas parece que no moriremos por coronavirus, pero sí vamos a morir de hambre”.
“¿Vamos Kimosabi?”, le preguntarían los no-millennials.
¿Morirá de hambre la familia Salinas? ¿El propio Ricardo? El cinismo recorre sus palabras. ¿Morirán de inanición financiera TV Azteca, Grupo Elektra, Advance America, Banco Azteca, Seguros Azteca, Afore Azteca, Italika, Punto Casa de Bolsa, Totalplay, Totalplay Empresarial y Totalsec? No, pero como mal empresario le gusta que los ciudadanos le paguen sus cuentas.
Preguntó: “La neta, ¿quién tiene miedo de morir por el virus?, yo un poquito porque soy de riesgo”.
¡Achis achis con los mariachis!
“En México la inmensa mayoría de la población no vive de un sueldo, no vive de sus ahorros, no vive del gobierno, la inmensa mayoría de la población vive al día.”
De lengua me como un taco. Dicho lo anterior, la realidad del Grupo Salinas es fregar la economía de los mexicanos, de sus consumidores, de quienes están sujetos a sus créditos. A pesar de que viven al día, hipócritamente invita, a través de Banco Azteca, a adelantar pagos: “Estimado cliente lo invitamos a adelantar 1 o 2 semanas a su crédito por algún posible cierre de operaciones por la contingencia, de esta forma conserva el beneficio de su pago puntual. Agradecemos su comprensión y su preferencia”.
No, pos sí, enseñó gacho el cobre…
Desde la comodidad de su mansión o de su yate o de su avión privado o de sus espacios (en verdad ni sé siquiera que tenga avión o yate, pero bueno), Ricardo Salinas Pliego nos adoctrina: “Paralizar toda la actividad económica de tajo significa hambre y por lo tanto dentro de poco tiempo se desatará la delincuencia, la rapiña y el caos porque resulta que el estómago no sabe esperar”.
¿Sabe Ricardo cuántos mexicanos padecen hambre desde que se implantó el neoliberalismo y él fue favorecido por Carlos Salinas de Gortari para convertirse en uno de los empresarios más ricos de México y del planeta? ¿Sabe cuántos mexicanos esperan comer una vez al día o se alimentan con comida chatarra y no comen de un menú de cuatro tiempos como él?
“La inmensa mayoría de la población vive al día”… Él no ni su familia, a la cual la 4T le prorrogó su concesión de Totalplay por un periodo de 30 años más y, claro, ellos no vivirán al día. En Tuiltitlán saquearon Elektra. ¿Se llevaron comida porque “el estómago no sabe esperar”? No, se llevaron teléfonos celulares.
Si lo tuyo es la solidaridad y no la hipocresía, Ricardo, te invito a retrasar 1 o 2 semanas el crédito por algún posible cierre de operaciones por la contingencia, de esta forma conservarás el beneficio de mantener a tus clientes y que no te señalen como un empresario voraz e insensible.
¿Puedes?