Por Eduardo Campos Sémeno
Diario del Coronavirus 039. 23 de abril de 2020
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10:30 PM
Quienes, por afición, seguimos diferentes deportes, tuvimos este jueves una probada de “normalidad” cuando se efectuó el draft de la NFL a pesar de la pandemia. La Liga y su comisionado Roger Goodell ya habían decidido darle para adelante a este gran evento del futbol americano profesional de Estados Unidos, que estaba pactado para iniciar el día de hoy y que dura hasta pasado mañana.
Pero como la sede de Las Vegas es un pueblo fantasma, los organizadores se dieron a la tarea de recurrir a la tecnología y, así, los cientos de involucrados en todo el proceso estuvieron “presentes”, pero desde home-offices, salas, sótanos y demás espacios caseros donde se encontraban.
No dejo de admirarme de los alcances del streaming que se han visto en los últimos días, primero con el concierto sabatino “One World Together at Home” y ahora con el draft de la NFL (o selección de jugadores colegiales por equipos profesionales, para los que no le saben a eso).
En realidad, sólo el NFL Network tenía ocho analistas en la pantalla a un tiempo, y en la transmisión pudimos ver a entrenadores, ejecutivos, a los jugadores seleccionados, a aficionados y a familias utilizando todo tipo de cámaras y aparatos para conectarse.
Bueno, pero destaco aquí el evento, porque en este tiempo de encierro y sin eventos deportivos, el hecho de pensar que la vida va a seguir después del coronavirus da una dosis de esperanza. Bien lo dijo Peyton Manning en la introducción del programa, el draft es la esperanza de que un día regresaremos a todo lo que hoy tenemos suspendido. Esperanza de normalidad.
Y creo que es importante tener esto en mente cuando en México estamos en la fase 3 de la pandemia y aquí en la zona metropolitana de Monterrey tuvimos un jueves negro con 165 nuevos casos en un lapso de 24 horas. Pensar y saber que vamos a estar mejor, justo cuando peor estamos, nos debe mover al optimismo.
Claro que, viendo las cifras, la esperanza y el optimismo son buenas, pero mejor es –hoy por hoy– seguir y hasta reforzar el aislamiento social. En otras palabras, por favor, quédate en tu casa, porque el contaminadero ahora sí está feo.
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