Por Eduardo Campos Sémeno
Diario del Coronavirus 048. 2 de mayo de 2020
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10:45 PM
El uso de video llamadas o video conferencias podría ser una herencia que la pandemia le deje a la sociedad en todo el mundo.
Ya he hecho referencia aquí de toda la comunicación que he visto con propósitos de entretenimiento. Además, los alumnos de todos lados están usando esa tecnología para clases y tutoriales, mientras que muchos otros más están casi a diario conectados por razones de trabajo, haciendo la famosa oficina en casa.
Pero en las últimas dos semanas he sabido de casos –lejanos y cercanos– que familias, amigos y grupos de todo tipo le han entrado a la moda de hablarle a la cámara del teléfono, el Ipad o la computadora, con tal de estar en contacto. Poco a poco, la simple llamada telefónica parece estar quedando en el olvido.
Cada vez que me platican uno de esos casos, no falta la anécdota de algún miembro de la familia, una tía ya grande o una abuelita que, para asombro de todos, de una u otra manera le intelige a la tecnología y logra conectarse con los seres queridos.
Hace unos días tuve yo una de esas reuniones con mero propósito social con otros ocho amigos que antes nos reuníamos una vez cada mes, pero que hemos estado alejados por el coronavirus.
En otro tiempo me hubiera sentido ridículo de estar tomando una cerveza con los amigos, pero cada uno desde su casa y todos viéndonos las caras en nuestra respectiva pantalla. Sin embargo, a eso nos ha llevado este aislamiento social y, la verdad, estuvo buena la plática por casi dos horas, porque la socialización es necesaria y se extraña.
Pero si la forma fue la video llamada, el fondo de la conversación con los amigos eventualmente derivó a temas económicos, desde las finanzas personales hasta los retos que tendrá la economía nacional y mundial tras salir de esta pandemia.
Porque lo cierto es que no hay de otra, en la mente de todos parecen estar sólo dos cosas, la preocupación de no enfermarnos y la incertidumbre de cómo va a estar la situación económica durante y después del coronavirus.
Opiniones hay muchas y todas son tan variadas como las personalidades, la formación y la ocupación de cada persona. Así como corrieron las teorías y los escenarios esa noche en nuestra video conferencia, así veo todos los días en las redes sociales, en los medios de comunicación, en foros sociales y familiares.
Pero cuando estamos por llegar a 50 días de cuarentena, lo único que me doy cuenta es que en el horizonte no se ven fórmulas económicas viables o soluciones que parezcan seguras. ¿Quién puede garantizar que lo que hace el Gobierno está equivocado? ¿Quién puede apostar a que lo que propone la IP es lo correcto?
Hemos dicho hasta el cansancio que son tiempos inéditos y que las cosas cambian de un día para otros o hasta en algunas horas. Así es que vamos a tener que estar listos para soluciones económicas igual de rápidas y cambiantes, una vez que salgamos de la pandemia.
Mientras tanto, lo bueno es que aún aislados tenemos la oportunidad de vernos las caras a través de nuestras pantallas, en las video llamadas que llegaron para quedarse.
Como siempre, comentarios dirigirlos a ecampos50@gmail.com o en Facbook en la página Diario del Coronavirus o con el user @eduardocampossemeno.