Por Carlos Chavarría
Pareciera cosa de risa pero en realidad es trágico el anuncio del barzonista Alfonso Ramírez Cuéllar, líder de MORENA, al respecto de dotar de facultades al INEGI para meterse en los hogares para fiscalizar al decil X de los hogares en México, es decir, fiscalizar a los que más ingresos tienen.
No es fiscalizar a los ricos o las grandes fortunas. No se trata de apellidos ilustres com Slim, Balleres, Casado, u otros conocidos empresarios, quieren imitar al partido zurdo “Podemos” de España, se trata de fiscalizar a los que ganan mas de 50,000 pesos al trimestre.
Después de escucharlo, porque el señor promocionó en diferentes medios de comunicación su gran proyecto, dijo que la razón se justifica porque los que más tienen deben aportar más al Estado de bienestar, así de simple. El dinero ya se les acabó y hay que sacarlo de donde se pueda y pues la clase media es el objetivo facilito.
El brillante señor líder del partido en el poder para nada mencionó a la economía informal como causa de la baja contribución fiscal de los mexicanos y que esta baja recaudación es también justificada en razón no solo de la siempre y aún presente corrupción en el sector público, sino también el muy ineficiente manejo de los recursos una vez que caen en manos del gobierno federal.
No debemos olvidar que cuando andaban con el brete de que nadie debía ganar más que el presidente se les ocurrió la idea de que no solo en el gobierno debería aplicarse ese criterio sino también en la iniciativa privada, a eso se agrega el asunto de que si ya tienes dos zapatos y dos camisas y pantalones, para que querer más, es la misma vara y van en la misma dirección, despojar a unos para darle a los que menos tienen, claro que todo administrado por ellos los morenos.
Quiero entender. ¿Un día después de que el presidente presenta “su” ensayo acerca de la nueva economía –como él la entiende– que parte del principio de respetar la ley y la libertad de todos, no solo del 70% que ellos asumen como los pobres, sino de la clase media; el otro 30%, que por fin mencionó, en este preciso momento el líder de a caballo Ramírez Cuéllar se lanza para aclararnos que de lo que se trata es de despojar al decil X?
Lo único que me puede aclarar las ideas es suponer que este señor Ramírez actuó en contra de López Obrador y sus tesis económicas, porque el proyecto zurdo de Ramírez va en contra de lo que plantea López en su ensayo, o sea, la agenda de MORENA y su líder no es concurrente con la de su presidente en el poder.
Luego en y una singular sincronía, la secretaria de Energía, la inefable siempre aplaudida Rocío Nahle se somete de nueva cuenta al dinosaurio Bartlett y abusando de la natural y explicable ignorancia de López Obrador en materia de energía, obligan al régimen a ponerse en contra de la realidad, tratados, leyes y sentido común, y lo empujan para que apoye lo insostenible: privilegiar a la CFE por sobre las energías renovables. Simple la explicación, las agendas de Bartlett y la Nahle no coinciden con el ensayo del presidente.
No sé quién hace la síntesis de prensa para el presidente; por lo regular son personajes oscuros, que permanecen en la cómoda sombra de la burocracia; lo convencieron de lanzarse en contra de todos aquellos medios nacionales o internacionales que se atrevan a criticar cualquier acción de la 4T, en un momento en que lo contrario es lo que se necesita, la aprobación y coordinación con el resto del mundo. La agenda del José Fouche de prensa de la 4T no concuerda con el ensayo del presidente.
No sé si estos personajes mencionados saben lo que es la confianza pero al parecer no. Acaban de darle otro golpe bajo y muy fuerte a las expectativas precisamente de todas aquellas personas que por casualidad están en el decil X y que son los que agrupan a quienes toman decisiones en el entorno.
Y como dijo el presidente: “ahora la pregunta no es qué hacemos con los pobres, sino que hacemos con los ricos”.
