Por Francisco Tijerina Elguezabal
“Todo hombre es tonto de remate al menos durante cinco minutos al día. La sabiduría consiste en no rebasar el límite.” // Elbert Hubbard
En
la pandemia he escuchado de todo en relación con formas de contagio,
sistemas de contención, pruebas, avances en vacunas, síntomas y
posibles remedios caseros. Ha habido de todo, desde cosas muy
simpáticas hasta verdaderas aberraciones, el punto es que al estar
en contacto permanente durante estos meses, pues vas normando
criterio y entendiendo un poco de cómo es y cómo funciona.
Por
eso me extrañan sobremanera algunas reacciones de reporteros y
periodistas en relación con el brote que se dio en la fuente de
Gobierno del Estado y del que han resultado contagiadas seis personas
hasta el momento, por fortuna todos asintomáticos y atendiéndose en
aislamiento en sus hogares.
Algunas de esas reacciones
dejan ver que quienes las publican no tienen ni idea del mal y su
dinámica, a pesar de que han escuchado una y mil explicaciones y que
al informar a la comunidad deben ser de los más informados de
todos.
Para aclararlo pronto: el hecho de que una persona
haya sido diagnosticada primero que el resto, no significa
necesariamente que fue la que inició el contagio entre los
compañeros. Puede que uno de ellos lo obtuvo antes y lo transmitió
a los demás, pero la diferencia es que a esa primer diagnosticada se
lo detectaron antes por una mera circunstancia familiar, no porque
presentase síntomas.
Me asombra que después de todo este
tiempo todavía existan personas que no terminen de comprender el
objetivo del aislamiento social, que no es otro que el evitar el
colapsar el sistema de salud. Por sus características es casi
inevitable que en algún momento todos nos contagiemos, pero lo que
se busca es que tengamos como sociedad la capacidad de ser atendidos
con los mejores equipos e instalaciones y no llegar a extremos como
en España en los que había pacientes en pasillos y suelos a los que
no había la posibilidad de conectarles a un respirador.
No
es, entiéndanlo ya por favor, un asunto de descuido o falta de
higiene, simplemente por alguna circunstancia en el lugar menos
pensado te toca, así que dejen ya de joder con la pelota, como diría
Serrat.
Los periodistas no son especiales, están en la
línea de fuego frente al virus, como lo están también los médicos
y enfermeras especialmente, pero además los choferes de unidades del
transporte, los cajeros de supermercado, los policías y rescatistas,
los que se están reintegrando a la construcción y otras labores,
todos estamos en medio del riesgo y así te cuides y permanezcas en
cuarentena, eres susceptible de un contagio por algún agente externo
que llega a tu hogar.
A los compañeros que hoy lidian con
la enfermedad mi solidaridad. A los que a pesar de todo siguen sin
entender las cosas, mi pena porque ya deberían saber de qué va todo
esto.
ftijerin@rtvnews.com