Por Eloy Garza González
Monterrey es la única ciudad del mundo donde quiebran los parques públicos. Fundidora es un parque público; es de todos los regiomontanos.
El presidente del fideicomiso, Artemio Garza, quiere justificar que los conciertos de música y la venta de cerveza son las únicas vías para mantener el parque. Hagamos cuentas. La entrada a un festival en ese espacio público ronda, en promedio, 6 mil pesos por persona. Si entraban más de 160 mil personas, recibían de taquilla casi mil millones de pesos.
En dos días, un espectador consumía, en promedio, 10 cervezas (y me voy bajito). O sea, 1 millón 600 mil cervezas, a 50 pesos, los cuales arrojan 80 millones de pesos, de puro alcohol (sin dar, por cierto, ningún comprobante de pago). No incluyo las rentas de espacio ni los patrocinios. Recordemos que se celebraban en esas instalaciones nueve eventos al año. ¿Y con tales ganancias están sufriendo los directivos de ese fideicomiso porque no les dan diez millones de pesos al mes? ¿No dejaron ningún guardadito para cualquier contingencia?
Conciertos al aire libre se hacen en el Retiro de Madrid, en Central Park de Nueva York o en Tiergarten de Berlín. Pero en esos parques públicos, los conciertos son gratuitos: el público no paga nada, son derechos sociales adquiridos.
Oficialmente, el Parque Fundidora se gasta 200 millones de pesos para su mantenimiento. ¿Y por qué no declaran todo el dinero que se llevan? ¿Por qué las autoridades se hacen de la vista gorda? Todos ganan menos la gente.
Los dueños (en la práctica) de ese espacio público habían renunciado al subsidio público para hacer jugosos negocios, con sueldos millonarios para unos cuantos de sus directivos, y mal pagando al resto de sus 300 trabajadores. Ahora, durante la pandemia, pretenden que el Bronco les cubra esos 200 millones que no sacaron de las ventas de cerveza. Incluso exigen que la gente pague de su bolsillo su entrada al parque. ¿Por qué mejor no hacen una colecta entre socios o entre los amigos y proveedores selectos que tanto han ganado en los conciertos?
Ya salieron con la gran idea de cobrar la entrada a Fundidora. ¿Aceptaríamos pagar la entrada al Paseo Santa Lucía? ¿Aceptaríamos pagar por trotar por Calzada Del Valle? ¿Aceptaríamos pagar por caminar en la Macroplaza? ¿Verdad que no?
Fundidora, nuestro gran pulmón urbano, está enfermo y de gravedad, pero no a causa del Covid-19; está enfermo de avaricia y felonía.