Lo primero que pensé al terminar de leer el texto de Ricardo Sevilla, sobre cómo fue reclutado por una red para intentar desprestigiar al hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, es que se trató de un asunto personal y laboral que terminó mal, cosa que él mismo refiere al señalar que le quedaron a deber el mes de julio.
Pero además su molestia reside en que el historiador Enrique Krauze no cumplió su promesa de abandonar el país, situación que daría paso a que su mano derecha, el periodista Fernando García Ramírez ocupará su cargo como director de la revista Letras Libres, lo que a su vez abriría la posibilidad para obtener un puesto en la redacción de la publicación.
Nada de lo anterior ocurrió. Entonces leemos a un Ricardo Sevilla más enojado e indignado por las cosas que no le cumplieron, que por la operación en la que él mismo participó activamente y hoy denuncia, según se puede leer en las pruebas que proporcionó, como las conversaciones electrónicas con Fernando García.
Aclaro que no se trata de una defensa de Enrique Krauze, la idea es analizar la fuente de la información, que en ese caso sería una “viuda de poder”, así les llama un reconocido periodista en sus talleres de investigación periodística a todas aquellas fuentes que deciden hablar desde el rencor y la ira, que muchas veces sueltan información muy útil, pero debido a la carga sentimental esta debe ser tomada con reservas.
Y Ricardo Sevilla lo es, basta con darse un vistazo por sus redes sociales para incluso darse cuenta cuando comenzó a odiar a los Krauze, obvio después de julio de 2018.
En la política todo se vale y todos tarde o temprano caen. Es una frase que se repite hasta el cansancio, pero es en verdad sano, no sería necesario cambiar este discurso.
¿Es válido utilizar de forma periodística este tipo de filtraciones? La historia nos ha dicho que sí, pues así es como se han revelado grandes tramas y secretos a nivel mundial. ¿Es ético? creo depende del contexto y de la apertura que se le dé a quien se acusa, de defenderse y ejercer su derecho de réplica.
El texto que se publicó en el portal de Aristegui Noticias y que fue firmado por Ricardo Sevilla, fue antecedido del publicado por el portal Eje Central que dirige Raymundo Riva Palacio y que al parecer comparte la misma fuente protagonista, pero con un seudónimo: “Miguel Ángel”, que ahora sabemos es Ricardo Sevilla.
Antes, la controversia comenzó con el libro de Tatiana Clouthier, que lleva por nombre “Juntos Hicimos Historia”, en donde la hoy diputada federal señala que tuvo conocimiento sobre un plan encabezado por Krauze y otros personajes para debilitar a López Obrador, todo en base a fake news, declaraciones fuera de contexto o historias exageradas del tabasqueño y los personajes más allegados. Y no olvidemos el documental realizado por pejeleaks.com
Sobra decir que la estrategia, resultó fallida. Y es que se trataba de una fórmula utilizada hasta el cansancio, basada en la tesis de que AMLO es un peligro para México, que se ha usado desde las elecciones de 2006, y se sigue usando aun cuando la realidad demostró que las políticas y acciones de los dos siguientes sexenios dejaron al país convertido en un cementerio y con más de 30 mil desaparecidos.
¿Quién es el peligro entonces?
La verdad es que la realidad rebasó la campaña negra. Entonces la gente votó por un cambio, hastiada por la corrupción, las promesas sin cumplir, la violencia, la inseguridad, el desempleo, el aumento del precio de la gasolina, la falta de inversiones, los 43, la Casa Blanca, la Estafa Maestra, etc…
Ahora la pregunta es: ¿De qué se trata todo esto? ¿A dónde se quiere llegar? ¿Se le castigará o juzgará en verdad a Krauze? O todo lo que ocurre, ¿no es más que un espectáculo para enviar un mensaje?, sin la necesidad de llevar a cabo una acción verdadera.
¡Por qué los cuartos de guerra sucia existen y en todo el país y en cada elección!, me atrevería a suponer que cada partido dispone de uno, siempre alejado de la casa de campaña oficial, es el lugar donde se hace el trabajo sucio, donde se gestan las noticias falsas, los memes y videos que caricaturizan al adversario, los textos que buscan engañar al elector, entre otras tretas.
Eso es lo que en verdad debería desaparecer, investigarse y acabarse de una vez por todas, los cuartos de campañas negras y las guerras sucias, que dividen a la sociedad y en nada favorecen la democracia, porque seguramente hay muchas personas que aún piensan que Rusia participó activamente en las elecciones presidenciales de 2018.
Entonces ¿El caso Enrique Krauze es una venganza? o el inicio de una afrenta contra la guerra sucia en las elecciones que tanto daño le han hecho al país
@jlca007