El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, corrigió a su ministro de Salud, Eduardo Pazuello, y canceló la compra de la vacuna contra el coronavirus, en desarrollo, de la empresa china Sinovac, al asegurar que no pueden demostrarse los efectos de su eficiencia.
En su cuenta de Facebook, Bolsonaro dio marcha atrás al anuncio realizado apenas ayer por Eduardo Pazuello, quien dijo que se adquirirían 46 millones de dosis de la vacuna de Sinovac por un valor de 427 millones de dólares.
En su comunicación, Pazuello había garantizado la distribución de las vacunas a partir del Plan Nacional de Inmunizaciones (PNI) en los 27 estados que comprenden la nación sudamericana. No obstante, Bolsonaro expuso que la fórmula en desarrollo no cuenta con la autorización de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa).
El rechazo también tendría motivaciones políticas, debido a que la vacuna en cuestión, CoronaVac, será producida en Brasil por el Instituto Butantan, organismo público bajo la supervisión del estado de Sao Paulo, gobernado por Joao Doria, opositor político de Jair Bolsonaro.
En su publicación de Facebook, el presidente se refirió a la iniciativa como «la vacuna china de Joao Doria» y aseguró que los ciudadano no serán «conejillos de indias» de ensayos como el referido.
En un comunicado, el Ministerio de Salud dijo que las palabras de Pazuello, que este miércoles dio positivo al coronavirus, habían sido «malinterpretadas», precisando que no había un «compromiso» firme para adquirir vacunas, sino sólo un «protocolo de intención».
La vacuna de Sinovac ha desarrollado ensayos clínicos de Fase 3 en Brasil y algunos expertos la consideran como uno de los proyectos más avanzados en el mundo. El país sudamericano, con 212 millones de habitantes, es la segunda nación con más muertes provocadas por la pandemia, con más de 155 mil.