“Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón”. Borges
En Culiacán me contaron que al escritor Arturo Pérez Reverte le gustan los tacos que se venden en cierto establecimiento de la capital de Sinaloa. Por lo visto, al autor de la Reina del sur le fascinan también los tacos como sinónimo de embrollos o palabrotas. Muy su gusto.
Las palabrotas se usan para insultar. Pero. como dijo no sé quién, pueden llegar a ser una de las bellas artes. Entonces, me pregunto, ¿por qué si el señor Pérez Reverte es tan buen escritor insulta tan a lo pendejo?
No le agradó al “miembro de la Real Academia Española” —con esa expresión terminan sus artículos publicados en Milenio— que López Obrador pidiera al rey de España disculparse por los abusos cometidos durante la conquista de México. Quizá la exigencia de Andrés Manuel a Felipe VI ha sido un despropósito en términos diplomáticos, pero… me ha molestado bastante el tuit en el que Pérez Reverte insulta al presidente de mi país:
No va a servir de nada mi propuesta, pero invito a los mexicanos a dejar de comprar los libros de Pérez Reverte. Sus novelas son entretenidas, pero no son las únicas en el mercado. Opciones hay de sobra. No le entregaré ya mi dinerito a un pobre pendejo que pudo haber argumentado contra la propuesta de AMLO, pero no lo hizo: prefirió la ofensa vulgar.
Borges
En esto de las frases célebres ocurre lo que dice el bolero: uno no sabe nunca nada. Pienso que la expresión citada anteriormente es de Jorge Luis Borges, pero no me sorprendería que hubiese sido escrita o pronunciada —tal vez simplemente pensada— antes de la existencia del escritor argentino. Se ha dicho que en las obras de Platón está todo lo que la humanidad puede crear. Así que quizá tenga un origen griego esa filosofía de la disculpa, la única que me parece verdaderamente sabia: “el olvido es el único perdón”.
Es cierto que muchas sociedades e instituciones han perdido perdón, pero no ha servido de gran cosa.
√ En 1992 el papa Juan Pablo II pidió perdón a Galileo. ¿Eso le quitó lo retrógrada a la jerarquía católica? Para nada. Los curas siguen sin aceptar que el aborto es en ocasiones lo único racional que puede hacer la mujer.
√ Hace unos años, el papa Francisco pidió perdón en Bolivia por los crímenes cometidos en la Conquista de América. ¿Incluye a México? Si sí, ya puede presumirlo Andrés Manuel, que no solo pidió al rey de España disculparse, sino también a don Francisco. Es decir, si los españoles no quieren pedirnos perdón, pues que nos consuele lo que ya había hecho Jorge Mario Bergoglio. Claro está, la iglesia seguirá abusando de la ignorancia de la gente más pobre. Ese es el negocio de los obispos y no van a renunciar a su rentabilidad.
√ George W. Bush, cuando era presidente de Estados Unidos, pidió perdón por los abusos en Abu Ghraib. ¿Con eso dejaron los gringos de ser unos verdaderos hijos de puta en no pocas regiones del mundo? Creo que no.
√ Emmanuel Macron, presidente francés, se ha disculpado por la tortura durante la guerra de independencia de Argelia. ¿Ello servirá para que deje de amenazar a los “chalecos amarillos” con usar al ejército para reprimir sus legítimas protestas?
¿Y los perdones por los crímenes más grandes?
Tal vez tiene sentido que una nación se disculpe por crímenes recientes, como los cometidos en Irlanda por el gobierno británico, pero ¿pedir perdón por lo que ocurrió hace siglos? No le veo el caso.
La sociedad española actual no es la que abusó en la conquista de México. Ni los pueblos que habitaban en aquella época nuestro territorio son los mexicanos de hoy. Personalmente no me siento azteca ni español. Soy mexicano. También, regiomontano. Cuando se fundó Monterrey no existían comunidades indígenas que fueron arrasadas por los conquistadores. Hubo chichimecas en lo que hoy es mi ciudad, sí, pero… eran nómadas, vivían en cuevas y quizá ni andaban por ahí cuando llegó Diego de Montemayor.
No siento que los españoles a mí me hayan hecho nada, así que no tienen por qué pedirme perdón. De hecho, a España le debo tres nietos lindos e inteligentes. Mejor, que Felipe VI pida perdón a los catalanes, que se sienten agraviados por hechos políticos recientes. Pero por la conquista de América, creo que no podemos pedirles cuentas a ese rey y a su pueblo.
Es que, si a tales excentricidades vamos, ¿no tendría Roma que disculparse con toda Europa y buena parte de África y Asia? Los romanos, muchísimos años antes de la conquista de América, en todas partes madreaban pueblos originarios. A los españoles de aquellos tiempos les pusieron sus buenas chingas, lo mismo que a los británicos, a los franceses, a los suizos, a los austríacos, a los húngaros, a los alemanes… Con los cartagineses fueron particularmente duros los romanos. ¿El presidente de Italia, Sergio Mattarella, debe disculparse con el pueblo tunecino, que ocupa el territorio de la antigua Cartago? Sería bastante ridículo. En Netflix hace tiempo vi una serie sobre vikingos que cada vez que tenían ganas desembarcaban en lo que hoy es el Reino Unido y cometían toda clase de atrocidades. ¿Debería Theresa Mary May exigir disculpas a los gobernantes de Suecia, Noruega, Dinamarca e Islandia? Por favor.
Creo que lo mejor que podemos hacer no es exigir perdón por atrocidades del pasado remoto, sino simplemente trabajar para que ya no se cometan.
Querido Andrés Manuel, lee a Borges: “el olvido es el único perdón”.
@FedericoArreola