Leo en SDPnoticias:
“El partido ultraconservador VOX de España respondió a la solicitud de disculpa del presidente Andrés Manuel López Obrador por las violaciones y abusos perpetrados por parte de los invasores españoles durante la llamada Conquista de México.”
Leo en el ABC de España:
“Rara empieza a ser la semana en la que algún político no invoca términos de la Leyenda Negra para distraer al electorado de asuntos más acuciantes. Pueden ser españoles pidiendo que no se celebre la Reconquista de Granada, o internacionales como el filipino Rodrigo Duterte reclamando un cambio de nombre para su país. El último en subirse a esta ola de demagogia ha sido el presidente México, con una carta al Rey de España para que pida perdón por la conquista de la que este año se conmemoran 500 años.
“Elvira Roca Barea, autora de la obra «Imperiofobia y Leyenda Negra», considera que López Obrador emplea la historia como distracción: «Se ha colgado una medalla de patriotismo a costa de los mismos, de España, la cabeza de turco de siempre, en vez de sacarle el colmillo a EE.UU., que está haciendo un muro vergonzoso y no deja de agredir a sus intereses». Asimismo, Roca Barea se pregunta «¿por qué no exige, por ejemplo, al presidente de los EE.UU. que se disculpe por arrebatar a México el 52% de su territorio en 1848?».”
Manuel P. Villatoro escribe en ABC:
“La antropóloga australiana Inga Clendinnen asegura en sus trabajos que lamentar la desaparición del Imperio azteca es como sentir pesar por la derrota nazi en la Segunda Guerra Mundial. La cultura azteca era, según las evidencias históricas, un totalitarismo sangriento que se valía de tribus sometidas para realizar sacrificios humanos durante tres meses de festejos. Se calcula que entre 20.000 y 30.000 personas morían cada año para alimentar estas ceremonias. Las cifras varían (muchísimo) atendiendo a las fuentes que se elijan, pero todas convergen en la misma conclusión: la ingente cantidad de sacrificios humanos que perpetraban anualmente los sacerdotes mexicas antes de la llegada de los españoles al Nuevo Mundo.
Y si los números del llamado «Holocausto azteca» causan tanta controversia, no parece extraño que suceda algo similar con la cantidad de cadáveres que – tras cada uno de los mencionados rituales– eran desmembrados, cocinados e ingeridos por este pueblo. De hecho, algunos historiadores han llegado incluso a negar que se produjera tal antropofagia. Sin embargo, los escritos de aquellos que acompañaron a Hernán Cortés (1485-1547) en sus conquistas corroboraron la triste verdad.
“Los españoles que atravesaron el Atlántico dejaron constancia de las prácticas caníbales con las que se toparon en el mismo instante en el que desembarcaron en Tabasco allá por 1519. Desde Bernal Díaz del Castillo (1492-1584), hasta el franciscano Bernardino de Sahagún (1499-1590). Todos ellos pusieron sobre blanco el viaje que hacía el cuerpo de una víctima desde que era sacrificada en el altar, hasta que era devorada por los aztecas. «Después de que los hubieran muerto y sacado los corazones, llevábanlos pasito, rodando por las gradas abajo; llegados abajo cortábanles las cabezas y espetábanlas en un palo y los cuerpos llevábanlos a las casas que llamaban Calpul donde los repartían para comer», explicaba el segundo.”
La justificación de la derecha española sobre la Conquista es falaz: vinieron a Mesoamérica a acabar con el “holocausto azteca”… con una guerra inhumana y de exterminio cultural. Su “civilización” impuso la Inquisición y la esclavitud. Vinieron no sólo con la espada, también con la cruz, a “liberar” a los pueblos sometidos por los aztecas. Su “justificación” no tiene justificación histórica.
Octavio Paz en El laberinto de la soledad:
1.- “Cualquier contacto con el pueblo mexicano, así sea fugaz, muestra que bajo las formas occidentales laten todavía las antiguas creencias y costumbres. Esos despojos, vivos aún, son testimonio de la vitalidad de las culturas precortesianas. Y después de los descubrimientos de arqueólogos e historiadores ya no es posible referirse a esas sociedades como tribus bárbaras o primitivas. Por encima de la fascinación o del horror que nos produzcan, debe admitirse que los españoles al llegar a México encontraron civilizaciones complejas y refinadas.”
2.- “La llegada de los españoles parece una liberación a los pueblos sometidos por los aztecas. Los diversos estados-ciudades se alían a los conquistadores a los conquistadores o contemplan con indiferencia, cuando no con alegría, la caída de cada uno de sus rivales y en particular del más poderoso: Tenochtitlán. Pero ni el genio político de Cortés, ni la superioridad técnica –ausente en hechos de armas decisivos como la batalla de Otumba–, ni la defección de vasallos y aliados, hubieran logrado la ruina del Imperio azteca si éste no hubiese sentido de pronto un desfallecimiento, una duda íntma que lo hizo vacilar y ceder. Cuando Moctezuma abre las puertas de Tenochtitlán a los españoles y recibe a Cortés con presentes, los aztecas pierden la partida. Su lucha final es un suicidio y así lo dan a entender todos los textos que tenemos sobre ese acontecimiento grandioso y sombrío.”
3.- “Si México nace en el siglo XVI, hay que convenir que es hijo de una doble violencia imperial y unitaria: la de los aztecas y la de los españoles.”
4.- “Es cierto que los españoles no exterminaron a los indios porque necesitaban la mano de obra nativa para el cultivo de los enormes feudos y la explotación minera. Los indios eran bienes que no convenía malgastar.”
La discusión se ha rebajado a lo del “perdón” y no sobre el contenido de la carta, mucho más amplio y profundo. En la danza de la comentocracia española y mexicana se pisotean los argumentos de Andrés Manuel sin analizarlos. Y, sin embargo, no hay peligro en la relación bilateral, las inversiones mexicanas en España continuarán, así como las inversiones españolas en nuestro país. No asistimos a un punto de quiebre, aunque así lo vean los nacionalistas españoles, esa no es la visión de su gobierno ni de la Corona.
Presidente pedagogo, a López Obrador le interesa revisar la historia y dotar de elementos nacionalistas a las nuevas generaciones, el civismo ante todo. También insertar la ideología nacionalista en las elecciones del 2021. Heredero de los liberales del siglo XIX, López Obrador revive la historia también desde la visión de los vencidos. Esto, tal parece, no lo entienden los comentócratas neoliberales.
@ruizjosejaime