Por Obed Campos
A Pepe Doria y sus hermanos
Sé que muchos me van a mentar la madre por lo que voy a decir, pero llegar vivos y sanos a mañana 25 de diciembre del este infausto 2020, es un regalo que no tiene precio.
Y me van a mentar la madre porque muchos habrán perdido la chamba, otros a algún o algunos familiares o seres queridos… Y así las pérdidas acumuladas más el horror de una guerra sorda, como si fuera una carrera de desapariciones es la que nos hace vivir el infame Covid-19.
El sábado pasado lamentamos la muerte del colega Armando Zúñiga. Ayer falleció su esposa. Ambos perdieron la batalla contra el coronavirus.
Murió ayer también el periodista deportivo Miguel Ángel Chávez… Y sus nombres se van sumando a una lista fúnebre de tantos nuevoleoneses y mexicanos que han perdido en pocos días la batalla.
Pero nos alcanzó diciembre, no así sus posadas, como diría la canción de una versión mejorada por la sana distancia.
Mi mensaje para usted es que sí celebre el hecho de estar vivo, peo no pierda la conciencia del riesgo por el que estamos pasando.
Si con las largas listas de víctimas que se consignan a diario en los medios de todas las calañas no le queda claro, hoy mismo dese una vuelta a cualquier hospital, (con las medidas precautorias, claro) para que se convenza del cuadro de horror que viven tantos y tantas mexicanos y mexicanas todos los días.
Por lo demás, sí, celebre, pero en corto y en familia. Eso si quiere llegar al 31 de diciembre.
Abrazos a todos y a todas y mis mejores deseos desde la sombra del Cerro de la Silla.
