Por Francisco Tijerina Elguezabal
“La esperanza sonríe desde el umbral del año que viene, susurrando: ‘será más feliz’.” Alfred Tennyson
El 2020 ha sido un parteaguas en la historia que marca un antes y un después en la forma de vivir y de observar al mundo entero.
Un año en el que muchísimos amigos, familiares, conocidos, personajes famosos, han dejado de existir a causa del coronavirus; meses de intensa angustia y zozobra, de rabia e impotencia, de esperanza cuando surge una nueva buena noticia, de resignación ante lo inevitable.
Por eso en esta ocasión no haré propósitos para el año entrante, no pediré ni por ni para mí, ni haré las clásicas promesas de cambiar hábitos y malas costumbres.
Voy a dar gracias por seguir aquí, por haber podido salir adelante del “aviso” que el corazón me dio a finales de agosto; desde entonces trato de cuidarlo y mimarlo más.
Este año pediré porque los seres humanos de todo el mundo, especialmente en México, seamos más empáticos, más solidarios, más humanos.
Pediré porque nuestros políticos dejen de mirar por sus intereses políticos, partidistas y personales y antepongan, aunque sea por un rato, el bienestar (dicho en la más literal de las formas y no como mero slogan) de la sociedad.
Pediré porque de una vez por todas terminen con la malsana costumbre de polarizar a nuestro pueblo y etiquetarlos entre buenos y malos, chairos y fifís, neoliberales y honestos; hemos sido, somos y seres ante todo mexicanos, iguales en todo.
Voy a pedir para que todos entendamos que vivimos un momento crítico y crucial, que nos entre en la cabeza que con el cambio de año no se ha terminado la pandemia, que la vacuna ha llegado pero no nos la han aplicado y que aún así seguiremos por un tiempo en riesgo.
Haré una oración especial por los enfermos y sus familias, pero también por todos los médicos, enfermeras y personal de hospitales que a diario lucha para preservar nuestra salud; pediré por los choferes de camiones, los taxistas, los cajeros de supermercado y tiendas de conveniencia, por quienes a diario deben salir a seguir ganándose el sustento jugándose la vida.
Pediré por un México más unido pero también más justo, por un México que sigamos construyendo juntos, no separados, no divididos, un solo México, el de los mexicanos.
Voy a pedir por todos, por mis amigos y por quienes no lo son, porque entendamos que sólo unidos saldremos adelante de esta y de cuantas pruebas nos depare el destino, ya lo hemos hecho antes, sabemos cómo y tenemos con qué hacerlo.
Voy a pedir salud, paz, amor, armonía, felicidad, trabajo, prosperidad, afecto, cariño, esfuerzo, disciplina, dedicación, respeto, humildad, entrega, pasión, valor, empuje y todo cuando sea necesario para que una vez que concluyan los siguientes 12 meses podamos juntos otra vez dar gracias por seguir vivos y por haber salido adelante.
Nada de promesas que no se cumplen, de calzones de colores, de pedir con 12 uvas o de hacer desfiguros a la medianoche, simplemente voy a soñar con algo que está en todos nosotros el poderlo hacer realidad.
Voy a pedir por usted, por mí, por todos.
