Por Francisco Tijerina Elguezabal
“El hombre emplea la hipocresía para engañarse a sí mismo,
acaso más que para engañar a otros.” // Jaime Luciano Balmes
Viviendo México una difícil etapa por la pandemia del Covid-19 y sus repercusiones, además de la falta de empleos y oportunidades, la inseguridad y el efecto que tendrá en niños y jóvenes este prolongado encierro en su formación y desarrollo, me parece absolutamente irresponsable que dos personajes públicos se monten a la ola y le sigan el juego a la alcaldesa de Puebla en su propuesta de prohibir la tauromaquia.
Eugenio Derbez y Marco Antonio Regil tienen un par de años actuando (nunca mejor dicho) de manera “políticamente correcta”, llevando al extremo el animalismo y anteponiendo en muchas ocasiones a las mascotas por encima de los seres humanos.
Que Derbez se preocupe más por los toros que por los niños poblanos es natural porque tiene ya muchos años sin vivir en el país y tendrá otros muchos sin pisar Puebla, de forma que no tiene referencia o idea de lo que habla y pide; sin embargo al estar conectado con el país debe ser consciente de los múltiples problemas y necesidades que hoy tienen los habitantes de la nación.
Regil ya no tiene la fuerza de hace algunos años al no aparecer en la TV, por lo que se ha refugiado en dar charlas motivacionales, aunque todavía hay quienes lo recuerdan por su paso en la pantalla chica; de él existen varias imágenes del tiempo en que pensaba distinto sobre la Fiesta Brava y fue captado en el tendido de la Plaza México.
Sería ideal que ambos personajes pudieran ponderar y poner en orden su escala de valores. Que no se “subieran al carrito” y formaran parte de una campaña distractora montada por la alcaldesa poblana que más que tener invertido el orden de prioridades, ha hecho todo este show con el único propósito de buscar adeptos y simpatías para sostener su carrera política.
La campañita de la alcaldesa y los “famosos” que la secundan termina siendo un chiste de esos que “se cuentan solos”, porque por una parte hablan de proteger a los animales en un momento en el que el mundo entero se pronuncia por la inclusión y el respeto a la diversidad de las ideas.
Utilizando los mismos conceptos que usa Derbez, habría que reclamarle el que la pasada navidad le regalase a su hija una enorme maceta hecha de madera en forma de barril y cuestionarle, ¿le parece de verdad correcto el talar árboles que nos dan oxígeno y vida para hacer un mueble tan insulso como una maceta?
Porque habría que recordarles a la alcaldesa y amigos que la acompañan que el toreo genera empleos (de esos que hoy hacen tanta falta), además de una importante derrama económica en distintos niveles. A las plazas de toros no hay quien te obligue a asistir y cada quien es libre, según sus ideas, de presenciar o no un festejo taurino.
La consigna, como siempre hemos dicho, debe ser “prohibido prohibir” y para el caso de estos dos señores su participación social debería estar encaminada más en buscar la manera de ayudar a los demás, lejos de tratar de imponernos ideas, costumbres y gustos a quienes pensamos distinto a ellos.
ftijerin@rtvnews.com