Por Eduardo Campos Sémeno
ecampos50@gmail.com
Cierto que históricamente todos los tiempos electorales en México han sido fechas en las que abundan los rompimientos políticos, pues es cuando las peleas por las candidaturas ocasionan decepciones, discordias y descontentos.
Sin embargo, en el PAN de Nuevo León no ocupan siquiera que se den batallas entre grupos o candidatos, pues por mera apatía, aburrimiento y malas decisiones de la cúpula, sus miembros más conocidos deciden acabar con su filiación, sin que a nadie parezca importarle mucho.
Con su dimisión al partido recién anunciada por Felipe de Jesús Cantú, cero y van dos casos en que los más recientes candidatos panistas a la Gubernatura terminan mejor aventando la toalla. Fernando Elizondo Barragán compitió por los albiazules en 2009 y dejó el partido en 2014 para contender con otras siglas en el 2015, antes de integrarse a las huestes de Jaime Rodríguez.
Felipito no sólo fue el gallo del PAN para la Gubernatura en 2015, sino que casi gana la alcaldía de Monterrey en el 2018, proceso que culminó en la extraña segunda elección que terminó perdiendo.
Así, los panistas tradicionales se van mientras la dirigencia estatal anuncia que buscará “candidatos ciudadanos” (lo que sea que eso sea) para cargos importantes o, peor, le abre las puertas a políticos como el exsecretario de Gobierno, Manuel González, virtual candidato albiazul a una diputación federal.
Esta última “ocurrencia” del PAN estatal provocó el alejamiento, aunque no renuncia aún, del senador con licencia Víctor Fuentes Solís, quien de por sí ya anda coqueteando con otros partidos. Además, el exalcalde de San Nicolás fue bastante lacónico al anunciar en redes sociales su postura:
“He tomado la triste decisión de no acompañar al PAN en las próximas elecciones, debido a la inminente candidatura de Manuel González, mano derecha de Bronco”, escribió en Facebook.
“El gobernador, Manuel González y otros funcionarios cometieron probados delitos electorales y a los delincuentes hay que castigarlos, no hacerlos candidatos”.
¡Tómenla! Claro y contundente.
Con estas sombrías novedades entran los albiazules estatales a la marca de cuatro meses para unas elecciones demasiado importantes. De por sí el partido tiene rato de capa caída, según un análisis que ya preparo para publicar en alguna edición posterior. Pero, por lo pronto, si ni los panistas que han sido candidatos destacados quieren seguir con el PAN, ¿qué se puede esperar de los ciudadanos que ya tienen opciones mucho más enganchadas y dinámicas en el panorama estatal?