Por Miguel Zavala.
El depredador sexual de Harvey Weinsteir escondido en el feminismo
En octubre de 2017 algunos medios de información de Estados Unidos publicaron algunas denuncias de abuso sexual contra mujeres del medio del espectáculo por parte de Harvey Weinstein, quien era hasta entonces un importante magnate productor de Hollywood. Las denuncias contra Harvey fueron creciendo a decenas hasta que el 11 de marzo de 2020 fue sentenciado a 23 años de prisión. Hasta el momento Harvey permanece encarcelado.
Las denuncias contra Harvey Weinstein fueron exponiendo también la hipocresía y la complicidad de muchos en este asunto. Nos enteramos de que muchas personas en el mundo del espectáculo y en los medios de información, desde empleados ordinarios y hasta celebridades, sabían de las actividades depredadoras de Harvey muchos años antes de que se dieran a conocer, pero nadie hacía o decía algo al respecto. Otra verdad revelada fue que Harvey pudo llevar esa vida de predador sexual con total impunidad porque sus poderosas palancas institucionales y financieras le permitieron lograr un gran control en los medios de información y algo más.
Probado está que Harvey Weinstein no tiene un pelo de tonto. Él sabía que para tener una póliza de garantía completa contra la justicia no le bastaba con el silencio “negociado” de los medios, sino que necesitaba además ganarse la simpatía y el favor de la clase política norteamericana. Y a eso último se aplicó Harvey durante muchos años. Se disfrazó de partidario y activista devoto de las causas liberales, incluyendo el feminismo, y se convirtió en uno de los más importantes donantes de dinero para el Partido Demócrata, donde favoreció especialmente a Barack Obama, Hillary Clinton y John Kerry.
Harvey Weinstein en evento con Michelle Obama en la Casa Blanca
Poco después de que Harvey Weinstein fue atraído por la justicia en febrero de 2020, surgió un video sobre un evento que tuvo lugar en el Salón Este de la Casa Blanca el 8 de noviembre de 2013. Se trató de un simposio de cine estudiantil que tuvo efecto en ese lugar y al que asistió Harvey en su calidad de organizador principal. En esa ocasión Michelle Obama, la esposa del entonces presidente Barack Obama, tomó la palabra y agradeció enfáticamente al magnate del cine por su papel en la organización de este evento y lo elogió con las siguientes palabras:
«Esto fue posible gracias a Harvey. Es un ser humano maravilloso, un buen amigo y una potencia.»
Michelle Obama
Es evidente que el video fue lanzado para tratar de sembrar en el público la idea de que los Obama estaban en connivencias criminales con Harvey Weinstein. Ese fin tenía posibilidades porque la razón nos lleva a inferir con respetable probabilidad que Michelle Obama estaba enterada de las actividades criminales de Harvey para ese entonces. Esto es así porque resulta muy inverosímil creer que Barack Obama, el presidente de los Estados Unidos en ese entonces, y por ello el hombre más y mejor informado del mundo, no sabía lo que sabía un empleado ordinario de Hollywood sobre las actividades criminales de uno de sus amigos y donantes principales.
Pero por mucho que la razón y hasta el sentido común nos indiquen lo anterior, lo cierto es que no tenemos pruebas al respecto y debemos asumir que Michelle Obama no estaba al tanto de ese lado sombrío de Harvey cuando lo llamó amigo y lo elogió, y por muy inverosímil que esto nos suene. Y siendo así, tenemos que decir tres verdades de Michelle Obama en este caso:
1) No cometió un error moral al convivir con Harvey.
2) Sus elogios a Harvey no fueron un acto hipócrita y de encubrimiento.
3) Ella no es culpable de lo que hizo Harvey Weinstein antes y después de ese evento del 2013.
Sobre el caso de Clara Luz Flores
Hace pocos días Clara Luz Flores, candidata de MORENA a la gubernatura de Nuevo León, lanzó un video donde acusó de corrupción a su contrincante prisita, Adrián de la Garza. A raíz de esta acusación, éste respondió haciendo público un video donde aparece Clara Luz Flores en una entrevista con Keith Raniere, el líder de la organización NXIVM, y quien hoy está purgando técnicamente cadena perpetua en Estados Unidos, por delitos sexuales y de otro tipo. Lo que me interesa de este caso son las reacciones que se han dado en los medios y en una parte de la opinión pública en redes sociales.
Una interacción de buena fe
Antes que cualquier otra cosa pongamos los hechos como son. Lo que sabemos del caso de Clara Luz por los hechos hasta el momento es que ella participó en las actividades institucionales de un organismo legítimo llamado NXIVM, donde no se incluían las actividades delictivas en que incurrió luego Raniere.
Esa interacción de Clara Luz ocurrió mucho antes de que detonara el escándalo delictivo de este personaje. Sabemos también que Clara Luz interactuó con Raniere al menos una vez, como se muestra en el video que lanzó Adrián de la Garza.
A estas alturas el lector perspicaz ya podrá entender el motivo por el cual traje a tema el caso de Michelle Obama. En efecto, Clara Luz está en la misma situación de Michelle Obama en su mejor escenario en el caso Harvey Weinstein. Se trata de dos mujeres políticas que interactuaron amistosamente y de buena fe con sujetos que eran considerados hasta ese momento morales, decentes, correctos y profesionales.
Clara Luz, no es culpable
Que luego Harvey y Raniere resultaron ser unos criminales de mucha monta, es un asunto que no cambia lo anterior. Y bajo esa premisa cierta, ya tenemos una gran verdad sobre Clara Luz: ella no cometió un error moral al interactuar con NXIVM y Raniere, y mucho menos es culpable de los delitos que haya cometido este sujeto antes y después de sus interacciones. Sin embargo, veo a muchos medios de información muy ocupados en pasar por encima de esa verdad afirmando o sugiriendo cosas sobre Clara Luz que me parecen mentiras, simulaciones, hipocresías y aberraciones.
Me queda la clara impresión de que muchos medios están tratando de insertar entre sus audiencias la falsa idea de una complicidad criminal entre Clara Luz y Raniere, no de manera explícita, sino tácitamente. No lo dicen textualmente, pero lo dejan sobreentendido. Lo hacen muy tramposamente sacando de contexto las cosas y usando palabras muy sugerentes. Como ejemplo de esto cito lo que cabecea el diario español El País hace un día:
“Filtrado un video de la candidata de MORENA al gobierno de Nuevo León con el líder de la secta NXIVM.”
El País
Manipulación mediática
Y todos los medios ocupados en atacar a Clara Luz están usando esa narrativa: Clara Luz interactuó con la secta del criminal Raniere.
Para desgracia de esos medios, eso es una manipulación ilegítima de la realidad. La verdad es que cuando Clara Luz interactuó con esa organización, ésta era considerada por todos como una organización legítima de marketing multinivel que ofrecía cursos y seminarios de desarrollo personal. Solo se le consideró como secta a partir de una investigación judicial que llevó a la detención de su líder Keith Raniere en marzo de 2018, tiempo en el cual la interacción de Clara Luz con dicha organización había terminado.
Esa manipulación mediática de la realidad es absurda y aberrante porque pretende insertar en el caso una relación de causalidad que no existe para luego invertir su sentido del tiempo convirtiendo a capricho el pasado en presente. Eso ocurre cuando afirman que Clara Luz interactuó con una “secta” llamada NXIVM – condición sectaria que está en el presente de esa organización -, cuando la verdad es que interactuó con una organización legítima llamada NXIVM – condición legítima que está en el pasado que vivió Clara Luz -. Así que esta postura aberrante de los medios equivale a querer mover una carreta poniendo los caballos detrás de la carreta, y no como debe ser: los caballos van adelante de la carreta.
Como ya he probado la manipulación de la realidad o la mentira de los medios en este caso, ahora voy con su hipocresía y asimetría de juicio, para lo cual vuelvo por un momento al tema de Michelle Obama.
Cuando surgió el video donde Michelle Obama llamó amigo y elogió a Harvey Weinstein, los medios tradicionales de EUA, México y el resto del mundo no le dieron espacio en sus noticias y editoriales. Eso nos obliga a suponer que los medios acudieron al expediente de la ausencia de pruebas contra la Michelle. Sólo algunos abordaron el video cuando se hizo viral y para justificar y exonerar a la Michelle aduciendo que ella no tenía conocimiento de las actividades predadoras de Harvey Weinstein cuando tuvo efecto dicho evento en la Casa Blanca, el cual ocurrió tres años antes de las denuncias contra este sujeto.
Técnicamente no podemos poner objeción a la forma en que actuaron los medios en ese suceso de Michelle Obama. Se ajustaron a la doctrina de las pruebas, no desafiaron a la lógica y no manipularon la realidad haciendo locuras como convertir el pasado en presente o viceversa.
Así que ni por asomo esos medios, incluyendo a El País, se atrevieron a publicar en primera plana tonterías como:
«Michelle Obama llamó amigo y elogió al criminal Weinstein.”
Y por supuesto que no debían publicar eso porque lo probado es que Michelle Obama no sabía de las actividades criminales de su amigo para ese momento, ella creía que era una persona moral, decente, correcta, profesional, y por muy inverosímil que nos suene.
Pero como ya probé antes, ocurre que esos medios sí se están atreviendo a desafiar a la doctrina de las pruebas, a la lógica y a la realidad, para difundir la narrativa falsa de que Clara Luz interactuó con una secta y un criminal, cuando sabemos que esto no es cierto. ¿Ya puede ver el lector la asimetría de juicio y la hipocresía de los medios en este asunto?
Cualquier medio que se precie de ser razonable y simétrico en sus juicios debe tener lo siguiente como verdad indeclinable: así como no se puede afirmar o sugerir que Michelle Obama interactuó amistosa y conscientemente con un criminal llamado Harvey Weinstein, tampoco se puede afirmar lo mismo de Clara Luz con respecto a Raniere y su organización.
A decir verdad, en el caso de Clara Luz menos hay espacio a esas afirmaciones o sugerencias falsas porque ella no recibió millones de dólares de manos de Raniere y tampoco lo hizo parte de su proyecto político, como sí lo hizo la Michelle Obama con Harvey.
Las consecuencias de afirmar públicamente estas aberraciones son catastróficas para la verdad, la dignidad de las personas y la salud de una sociedad, porque si todos vamos a ser calificados o juzgados por las cosas malas que harán en el futuro las personas con las que interactuamos hoy o ayer, entonces todos seremos culpables de todo y no habrá inocentes en este mundo.
Y mire que no estoy especulando en esto, porque ya estamos viendo esas malas consecuencias. Ocurre que esa manipulación mediática de la realidad ha propiciado que algunos torpes opinadores en las redes sociales ya acusen a Clara Luz explícitamente de ser cómplice de los crímenes de Raniere, lo cual es una falsedad en redondo y una grave difamación contra una mujer, esposa y madre de familia.
A Clara Luz sólo le ajusta una culpa: mintió al afirmar que no había tenido interacción personal con Raniere. Pero aquí vemos de nuevo la simulación de los medios y de algunos opinadores en las redes sociales. Me refiero a eso que hacen de dibujar la mentira de Clara Luz tal como si fuera la madre de todas las mentiras y por ello el gran escándalo. Y me parece que nadie representa mejor esta fabricación del escándalo que Ricardo Raphael con su panfleto en Milenio donde nos dice lo siguiente sólo a la entrada:
«No sólo es escandaloso que haya mentido.»
Ricardo Raphael, periodista
Pero a ver, ¿en realidad la mentira de Clara Luz es un escándalo?
Un escándalo es un incidente grave que va más allá del estándar que se ha establecido por experiencia y costumbre en la sociedad para un acto incorrecto o inmoral, y que causa de manera espontánea una gran indignación en el público. Aclárese de paso que el escándalo no respeta a nadie. Así que por momentos todos podemos ser escandalosos en algún grado por lo que decimos y hacemos, así como lo fueron en su tiempo La Fontaine y Nietzsche en virtud de lo que escribieron.
En el amplio repertorio del escándalo, las mentiras tienen un papel estelar. Pero hay de mentiras a mentiras, de tal modo que no cualquier mentira tiene méritos para conferirle el honor del gran escándalo. Y por lo que sabemos, en el caso de la política en México la mentira debe cumplir un estándar muy alto de falsedad y gravedad para que tenga méritos suficientes para ser coronada como un verdadero y espontáneo escándalo. Esto es así, no porque nosotros pongamos la altura de la línea, sino porque nuestros políticos, sobre todo los del sistema – léase PRIAN -, mienten sistemática y diariamente, y sobre todo porque muchas de sus grandes mentiras han tenido consecuencias devastadoras para la vida de todos los mexicanos.
En el acervo vastísimo de las mentiras de los políticos mexicanos hay muchas con los méritos suficientes para reclamar el honor de ser la madre de todas las mentiras y un verdadero y espontáneo escándalo. Hablo de las mentiras legendarias que se tradujeron en crisis económicas, masacres, saqueos al patrimonio nacional, injusticias y toda clase de atropellos por parte de los políticos. Y para ser sincero, yo no veo a la mentira de Clara Luz con esos méritos. La veo muy por debajo de la línea superior en el estándar de las grandes mentiras políticas a las que estamos habituados.
Mas allá de la resta marginal que esa mentira le puede ocasionar a Clara Luz en su veracidad, y que es un asunto personal, la única forma en que esa mentira afecta a la vida nacional es que abona a la desconfianza de los ciudadanos en la política. Sin embargo, lo cierto es que todos los políticos abonan muy fuerte en ese apartado a diario, y muchos le abonan con más montos y gravedad que Clara Luz. Así que no veo razones para armar un escándalo con esto.
No justifico a Clara Luz, su mentira es una falla moral
No estoy tratando de justificar a Clara Luz, que quede muy claro eso. Su mentira es una falla moral que no tiene justificación y que ella debe tomar como lección para la mejora en su vida y de la política.
Lo que estoy tratando de dejar en claro es que sus críticos están mintiendo al sugerir tácitamente la existencia de una complicidad criminal que no existió jamás, y que están simulando por exageración de la realidad para tratar de fabricar un escándalo donde no lo hay.
Y tan grotesca esta falsa narrativa mediática, que para mí sus críticos son los que están resultando los mentirosos y escandalosos.