Noticias en Monterrey

Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Por Félix Cortés Camarillo

Este segundo martes de noviembre se está jugando en serio con el desarrollo político, económico y social de México, sin que los mexicanos podamos hacer cosa alguna. Pocas elecciones como las intermedias de hoy en la Unión Americana repercutirán con tanta fuerza en nuestro país como las de este año, que tienen lugar hoy.

El presidente Joe Biden no se equivoca cuando dice que hoy se está jugando el futuro de la democracia en los Estados Unidos, en una circunstancia inédita en cuatro o cinco generaciones. 

No es cualquier baba de perico: se está eligiendo a la totalidad de la Cámara de Representantes, a la tercera parte del Senado y a una treintena de gobernadores de estados. Ya van más de cuarenta millones de ciudadanos que aprovecharon la facilidad de emitir previamente su voto por correo, pero desconocemos los resultados de esos comicios.

Como suele suceder en las elecciones intermedias –entre cada elección presidencial- se pronostica una afluencia baja a las urnas; este fenómeno favorece regularmente a las fuerzas conservadoras, en este caso, el partido republicano. Por lo general, en las elecciones intermedias se da el voto de castigo al presidente en el poder. Hoy, los pronósticos son sombríos. Las encuestas nos dijeron ayer que el 69% de los norteamericanos considera que el país “va por el camino equivocado” mientras sólo el 19 aprueba el curso.

Sería utópico esperar que esa tendencia cambie. Eso sucedería solamente si hubiese una gran afluencia de votantes a las urnas, y si acudieran a ellas las mujeres inconformes con la maniobra legal que revirtió la despenalización del aborto.

Pero además del tema del aborto, los electores norteamericanos tienen que considerar hoy otros factores. De manera especial la invasión rusa a Ucrania que se ha traducido en un aumento generalizado de precios de alimentos y una inflación brutal que le duele al norteamericano cada vez que llena el tanque de gasolina de su auto. Entre esos temas se encuentra el migratorio, realidad permanente en la configuración de los Estados Unidos, desde su nacimiento. Hoy, el tema migratorio sigue siendo un punto de inflexión, una línea divisoria entre los norteamericanos. Con una fuerte corriente republicana en contra de los inmigrantes, de manera especial en los 4 estados que comparten frontera con México, de California a Texas. Estados en donde se juegan la reelección o la elección de gobernador. Más allá de eso, se está jugando la mayoría de los votos en la Cámara de Representantes y un tercio de la de senadores, precisamente los recintos en los que se aprueban leyes, se discuten presupuestos y se establece la política exterior de los Estados Unidos.

Y ahí comienzan las resonancias hacia el sur.

Si se da el triunfo de la corriente republicana, como estoy seguro que será, aunque fuese por escaso margen, vamos a tener consecuencias serias en México. Podemos despertar mañana con un Congreso en Washington dominado por los republicanos. En ambas cámaras y con la amenaza de Trump en el horizonte. 

Ahí viene la plaga. Para nadie es un secreto que Donald Trump está listo para celebrar esta misma noche el triunfo republicano, por cualquier cifra, porque significa para él un relanzamiento de su campaña para llegar en el 2024 nuevamente a la Casa Blanca.

Pocos mexicanos ignoran lo que significa el retorno de este político al mando del país más poderoso del mundo. Parece ser que el presidente López no se encuentra en el grupo mayoritario que advierte en un retorno de las ideas retrógradas y racistas de Trump al poder será lesivo para los mexicanos. Para el presidente López lo que le importa es que Elon Musk, el nuevo dueño de Twitter le recompense al pelipintado los daños que le ocasionó a su economía el cierre de su cuenta de ese portal electrónico a consecuencia del intento de Golpe de Estado en el Capitolio de enero de 2021.

Vivimos un mundo nuevo, de divisiones radicales e intolerantes. De un lado la gente, que sigue soñando en un mundo de paz y bienestar. Del otro, los ansiosos del poder. Las grandes potencias se inclinan hacia el mando fuerte, de poca tolerancia. Xi Ping se aseguró su porfiriato a la china; Europa va tomando el camino de la derecha radical. De Putin ni se diga. Trump está salivando anticipadamente su retorno y en nuestro subcontinente el nuevo fascismo se dice de izquierda. ¿México? Está en la cuarta simulación.

¿Qué viene la plaga? Aquí sigue viviendo.

PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): Ya lo anticipaba yo ayer: la marcha del domingo en defensa del INE recibió ya la primera andanada de vituperios corrientes, descalificación y agresiones por parte del presidente. No hay novedad en el frente. 

‎felixcortescama@gmail.com

Fuente:

Vía / Autor:

// Félix Cortés Camarillo

Etiquetas:

Compartir:

Autor: stafflostubos
Ver Más